El PP ha situado el biometano en el eje de su propuesta energética, al considerarlo una herramienta clave para avanzar en la descarbonización de la economía española y favorecer el desarrollo del entorno rural. Para los populares, se trata de una palanca estratégica en la transición hacia un modelo más sostenible, gracias a su carácter renovable, su eficiencia y su plena compatibilidad con la actual infraestructura gasista.
A través de una proposición no de ley presentada recientemente en el Congreso, el Grupo Popular subraya la necesidad de impulsar tanto la producción como el uso del biometano —un gas renovable generado a partir de residuos orgánicos—, especialmente en aquellos sectores donde la electrificación no resulta viable, como en procesos industriales que requieren altas temperaturas, los consumos fuertemente estacionales del sector doméstico o en gran parte del sector transporte.
En su exposición de motivos, los populares recuerdan que, a pesar de los avances en energías renovables eléctricas, estas apenas cubren una cuarta parte del consumo energético total del país. El resto, basado mayoritariamente en combustibles fósiles, representa más del 70% de las emisiones de CO₂.
Desde el grupo se destaca que el biometano, además de contribuir a la reducción de emisiones, promueve la economía circular al valorizar residuos agroganaderos y genera oportunidades de empleo en el medio rural. Además, señalan que las mejoras incorporadas a las plantas de producción de biometano han hecho posible la eliminación de emisiones de olores, gases contaminantes y ruidos, permitiendo que las plantas convivan con entornos rurales y urbanos.
España, apuntan, es el tercer país de la Unión Europea con mayor potencial de producción de este gas renovable, pero su implantación es todavía incipiente: existen únicamente 12 plantas operativas, frente a las 1.500 operativas en Europa, y la producción anual se sitúa por debajo de los 0,5 TWh, lejos del objetivo europeo de alcanzar los 40 TWh para 2030.
Con el fin de revertir esta situación, la Proposición no de Ley contempla diversas medidas estratégicas: la creación de un Programa Nacional para el Biometano, la elaboración de un marco normativo unificado, la simplificación de los trámites administrativos y medioambientales, la introducción de incentivos fiscales, la fijación de cuotas de consumo para sectores clave, y el impulso de la colaboración público-privada.
Asimismo, la propuesta incluye el fomento del uso agrícola del digestato —subproducto del biometano— como fertilizante orgánico, la captura de CO₂ para la producción de metano sintético, y la puesta en marcha de programas de formación orientados a tecnologías de cero emisiones netas.
El objetivo, insisten los diputados impulsores de esta iniciativa, es situar esta fuente de energía como un pilar del mix energético nacional y alinearla con los compromisos europeos en materia de sostenibilidad e independencia energética, como publica Servimedia.
Un ejemplo reciente de los avances en el ámbito del biometano lo representa la Planta de Tratamiento de Biorresiduos de Colmenar Viejo, en la Comunidad de Madrid. Impulsada por PreZero y Enagás Renovable, y financiada con fondos europeos Next Generation, la instalación procesará hasta 75.000 toneladas anuales de residuos orgánicos y generará hasta 60 GWh de energía verde al año, suficientes para abastecer las necesidades de calefacción y agua caliente de unos 11.700 hogares.
El proyecto, respaldado por los gobiernos central y regional, contará con tecnología puntera y controles ambientales y ha sido valorado por la Comunidad de Madrid como una solución eficaz para la gestión de residuos del norte de la región, en línea con los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones.