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Viernes 25/04/2025
 
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Andalucía

Los efectos del tabaco, el alcohol y la falta de ejercicio se sienten a partir de los 36

La salud mental se evaluó mediante encuestas sobre síntomas de depresión y bienestar psicológico

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  • Tabaco. -

Los malos hábitos como fumar, beber en exceso y la falta de ejercicio deben abordarse lo antes posible, ya que se asocian a un deterioro de la salud en personas tan jóvenes como de 36 años, según la Universidad de Ciencias Aplicadas Laurea (Finlandia).

En concreto, este nuevo estudio revisado por pares y publicado en 'Annals of Medicine' (Elevate), encontró que fumar y otros vicios están asociados con el deterioro de la salud en personas tan jóvenes como de 36 años. El impacto es aún mayor cuando estos malos hábitos se mantienen durante mucho tiempo, afirman los expertos cuyo estudio siguió la salud mental y física de cientos de personas durante más de 30 años.

Investigaciones anteriores han hecho seguimiento a personas desde la mediana edad, generalmente durante unos 20 años. Los estudios realizados hasta la fecha han demostrado que el tabaquismo y otros aspectos de un estilo de vida saludable se adaptan antes de los 30 años. Sin embargo, en este nuevo estudio, un equipo de investigación finlandés quería hacer un seguimiento de personas desde una edad más temprana y, al mismo tiempo, desentrañar el efecto de los hábitos poco saludables en la salud mental.

Utilizando un estudio longitudinal de larga duración, en el que cientos de niños que nacieron en la ciudad finlandesa de Jyväskylä en 1959 fueron seguidos desde la infancia hasta los 60 años, el equipo analizó la salud mental y física de los participantes a través de datos recopilados de encuestas y exámenes médicos cuando tenían 27 años (326 participantes) y nuevamente a los 36, 42, 50 y 61 años (206 participantes).

La salud mental se evaluó mediante encuestas sobre síntomas de depresión y bienestar psicológico. La salud física se evaluó mediante la creación de una puntuación de riesgo metabólico basada en la presión arterial, la circunferencia de la cintura y los niveles de azúcar, colesterol y otras grasas en sangre.

La autosalud se evaluó pidiendo a los participantes que calificaran el estado de su salud durante el último año. También se evaluaron tres comportamientos de riesgo en cada momento: fumar, beber en exceso (definido como consumir al menos 7.000 g/875 unidades de alcohol al año para las mujeres y 10.000 g/1.250 unidades al año para los hombres) e inactividad física (hacer ejercicio menos de una vez a la semana).

El análisis de los resultados mostró que si un individuo tenía los tres hábitos no saludables (fumar, beber mucho y ser inactivo) en un momento dado, su salud mental y física era peor que si no tenía ninguno de estos comportamientos de riesgo.

Los síntomas depresivos aumentaron 0,1 puntos, la puntuación de riesgo metabólico aumentó 0,53 puntos, el bienestar psicológico disminuyó 0,1 puntos y la autoevaluación de la salud disminuyó 0,45 puntos. Los síntomas depresivos y el bienestar psicológico se midieron en una escala del 1 al 4; la autoevaluación de la salud, en una escala del 1 al 5; y el riesgo metabólico se puntuó de 0 a 5.

Mantener los tres comportamientos nocivos a largo plazo se asoció aún más fuertemente con una mala salud. Los síntomas depresivos aumentaron 0,38 puntos, la puntuación de riesgo metabólico aumentó 1,49 puntos, el bienestar psicológico disminuyó 0,14 puntos y la autoevaluación de la salud disminuyó 0,45 puntos.

La falta de ejercicio se relacionó particularmente con una mala salud física, el tabaquismo se relacionó principalmente con una mala salud mental y el consumo excesivo de alcohol se asoció con un deterioro de la salud tanto mental como física. Fundamentalmente, los efectos fueron evidentes cuando los participantes tenían alrededor de 35 años.

"Las enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías y el cáncer, causan casi tres cuartas partes de las muertes en todo el mundo", apunta la doctora Tiia Kekäläinen de la Universidad de Ciencias Aplicadas Laurea, autora principal y científica de la salud con especial interés en el envejecimiento. "Sin embargo, al llevar un estilo de vida saludable, se puede reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades y las probabilidades de morir prematuramente. Nuestros hallazgos resaltan la importancia de abordar los comportamientos de riesgo para la salud, como fumar, beber en exceso y la inactividad física, lo antes posible para evitar que el daño que causan se acumule con los años y culmine en una mala salud mental y física más adelante en la vida. Sin embargo, nunca es tarde para adoptar hábitos más saludables. Adoptar hábitos más saludables en la mediana edad también tiene beneficios en la vejez".

Los autores señalan que el estudio fue observacional y por lo tanto no pudo establecer que los comportamientos riesgosos estuvieran alimentando la mala salud, sino al revés. Plantean que la relación probablemente sea recíproca. Por ejemplo, alguien estresado podría beber mucho para sobrellevar la situación. Esto podría causar problemas con familiares y amigos que a su vez repercutan en un menor bienestar mental.

Añaden que es probable que los resultados se apliquen a personas nacidas en Finlandia y otros países occidentales a finales de la década de 1950 y en la de 1960. Sin embargo, pueden no ser tan relevantes para las generaciones más jóvenes, debido a los cambios culturales y sociales y a los comportamientos de riesgo parcialmente diferentes que ocurren hoy en día.

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