“Proteger lo conquistado, ganar el futuro”. Con este lema se ha celebrado este jueves en Sevilla la manifestación regional convocada por CCOO y UGT y que ha contado con el respaldo de numerosas organizaciones sociales, mareas y partidos políticos, entre ellos, el PSOE regional, con su líder María Jesús Montero a la cabeza, y de IU, con Antonio Maíllo al frente, una marcha reivindicativa en la que se han lanzado consignas a favor de los derechos laborales y sociales conquistados a lo largo de la historia, pero especialmente ha sido un acto frente a los que atacan los principios democráticos y la clase trabajadora.
Con guerra de cifras incluidas, diez mil participantes según los organizadores y 1.420 según las estimaciones de la Policía Nacional, la marcha ha transcurrido desde la Puerta de Jerez hasta la Plaza Nueva escoltada por la Policía Nacional y Local, en una jornada festiva en la que el sindicalismo de clase se ha visto mezclado, como ya es habitual en el centro de Sevilla, con multitud de turistas que grababan la concentración, alguna que otra despedida de soltero, figurantes disfrazados de Transformer, clientes de los bares observando desde sus veladores el paso de pancartas e incluso con cortes puntuales junto a la Catedral para que pudieran cruzar taxis y VTC la Avenida de la Constitución.
CCOO y UGT han vuelto a escenificar la unión del sindicalismo de clase para buscar “certidumbres” frente a la vulnerabilidad que le imponen situaciones como la escalada bélica, la guerra de aranceles o un apagón histórico, que se unen a los ataques a los derechos y libertades conquistados que sufren desde partidos de derecha, empresas que sólo miran al capital y un neoliberalismo colonial que quiere imponer sus privilegios, arropados en el individualismo de la sociedad, frente a los trabajadores y a los más vulnerables.
Los sindicatos han defendido los avances que han supuesto las diferentes reformas que ha aplicado un gobierno progresista al que han apoyado y han exigido más: la reforma por ley de la jornada de trabajo a 37,5 horas; incrementar los salarios; mejorar la conciliación y la seguridad laboral; invertir en el sistema público sanitario, educativo y de dependencia frente a las privatizaciones; la banca pública; y una reforma del régimen eléctrico, recordando que los apagones son un mal del día a día que sufren casi 45.000 personas diariamente en algunos barrios de Sevilla.
“Más justicia social, más igualdad y más derechos”, se resumía de las diferentes intervenciones que se dieron en el escenario tras concluir la marcha, bajo un sol que hizo que poco a poco, sin ni siquiera haberse entonado la Internacional que tradicionalmente cierra el acto, muchos de los participantes en el acto hubieran abandonado la esquina del Banco de España, más invadido por grupos de turistas que otra cosa.