Un 76% de los alumnos de 14 a 18 años manifiestan algún grado de ansiedad ante el aprendizaje de las matemáticas, según datos del Observatorio STEM Mde la Fundación ASTI presentados este martes en la sede de EY en Madrid.
El informe analiza la denominada identidad STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) de los jóvenes escolarizados en 3º y 4º de ESO y de Bachillerato a través de cinco variables: el rendimiento académico en áreas STEM; el contexto y las expectativas familiares hacia las STEM; la afección hacia las STEM (tanto hacia las matemáticas como hacia las ciencias); la experiencia de aprendizaje de las STEM en el centro educativo; y las variables asociadas a la orientación académica y profesional.
Para alcanzar estos hallazgos, se han realizado 1.052 cuestionarios, la mitad a chicos y la otra mitad a chicas, que permiten trazar un mapa de sus filias y fobias, de los factores externos que influyen en su aprendizaje y en el gusto o disgusto por determinadas asignaturas, además de comparar las preferencias y el rendimiento de ambos géneros.
El estudio revela, por ejemplo, que los chicos disfrutan más con el aprendizaje de las Matemáticas , pero también es mayor el grupo de los que sienten desafección hacia ellas. Así, al 14% de las chicas les gusta mucho aprender Matemáticas, frente al 17,5% de los chicos; al 51,5% les gusta "algo", frente al 50,5% de los chicos; y al 34,5% nada, frente al 32% de los chicos.
Las ciencias gozan de mayor popularidad entre los jóvenes, con un 42,5% de los estudiantes, que las señalan como su asignatura favorita, especialmente entre las chicas, que son un 46%, frente al 33% de chicos.
Al margen de las preferencias, el estudio analiza también la confianza de los chicos y las chicas en el estudio de estas materias y son ellos los que expresan mayores niveles de confianza: en el caso de las Matemáticas, un 19,5% aseguran sentir mucha confianza, frente al 12% de las chicas. Una diferencia que se reduce en el caso de las Ciencias donde, aunque ellas muestran una mayor preferencia, el nivel de confianza es ligeramente inferior: un 20% siente mucha confianza frente al 22% de sus compañeros varones.
La diferencia de confianza entre mujeres y hombres es más una cuestión de autoconcepto y no responde a los resultados académicos en las materias STEM , donde las chicas se imponen con carácter general tanto en ESO como en Bachillerato, con excepción de la asignatura de matemáticas. De igual modo, las Matemáticas siguen siendo la materia con un rendimiento más bajo en ambos géneros durante el Bachillerato.
EL VALOR DE UN BUEN PROFESOR
Dentro de la experiencia de aprendizaje de las STEM, el profesorado es la variable más relevante. Así lo indican los jóvenes encuestados, que consideran que lo más importante es el conocimiento del profesor (85%), seguido de su metodología (84%) y motivación (80%). Por el contrario, consideren pocos factores relevantes como el porcentaje de chicos/chicas en clase o el género del profesor.
Si bien las diferencias que se observan en su gusto por el aprendizaje, su confianza y el rendimiento académico son de índole menor, la brecha se ensancha cuando se abordan las preferencias en sus futuros estudios universitarios.
Así, las carreras TIC son la opción escogida del 11,5% de chicos, frente al 1,5% de chicas y las ingenierías atraen al 25,5% de hombres frente al 4% de mujeres. Cifras que se aproximan cuando hablamos de grados de Ciencias (13,5% de chicas quieren estudiar una de estas carreras, frente al 11% de los chicos), y se invierten por completo en las Ciencias de la Salud, opción preferida para su futuro profesional por el 36,5% de los jóvenes y que solo atrae a un 18,5% de sus compañeros varones.
Sin atender a la comparativa de género, las cifras de futuros estudiantes en carreras TIC (3,5%) e ingenierías (14%), seguirían siendo insuficientes para cubrir la demanda actual de puestos de trabajo en estas áreas en plena revolución de la IA y otras tecnologías.
Con carácter promedio, las tres variables con mayor valoración porcentual por parte de los estudiantes respecto a la influencia que tienen en su toma de decisiones a nivel de orientación académica y profesional son, por este orden: La felicidad en el trabajo (un 87,5% la valoran como extremadamente importante o muy importante); la pasión y el gusto por el aprendizaje (un 84,5% los valoran como extremadamente importante o muy importante); y el sueldo (un 77% lo valoran como extremadamente importante o muy importante).
Por debajo de estos tres se sitúan, por orden decreciente, las aptitudes para las matemáticas y las ciencias (63%), el impacto de los estudios en la transformación del mundo (44,5%), la opinión de los padres (43,5%), y ser referente para otros (41,5%).
Los propios jóvenes reconocen que apenas han recibido orientación académica y profesional sobre las STEM (solo un 19% manifiesta haberla recibido por parte de los departamentos de orientación), con lo que esta es una de las áreas de mejora más destacadas para los centros educativos en coordinación con empresas e instituciones.