En el último programa de La Pasión, Juan Antonio Martos, experto en Derecho Romano, profundizó en los entresijos jurídicos del juicio a Jesucristo y, especialmente, en la figura de Poncio Pilato. Al ser preguntado por qué Pilato no liberó directamente a Jesús si no hallaba culpa en él, Martos fue tajante: “Pilato es un hombre que, aparte de ser un auténtico tirano, despreciaba profundamente al pueblo judío. En ese momento, lo que él busca es su salvación, no la del inocente”.
El profesor explicó que Pilato actúa movido por intereses personales, no por justicia. “Al final quería juzgarlo como fuera”, señaló. Incluso ignoró lo que en Roma era una práctica habitual antes de eventos cruciales: los augurios. “Los romanos hacían sacrificios antes de una guerra o un acontecimiento importante. Pilato no atiende a ese augurio. Y encima tiene la desfachatez de lavarse las manos”.
Martos contextualizó el famoso gesto de Pilato, tan presente en el imaginario cofrade —como en la imagen de la Hermandad de la Macarena—, desde el punto de vista legal y político. “Él no ordena la crucifixión directamente. Según el evangelio de San Mateo y el pergamino que porta el escriba, lo que hace es dejarlo a la voluntad de la masa: ‘Señores, lo que queráis. A mí me da exactamente igual’. Yo ya he intentado salvar lo que era insalvable. Pero lo que no estoy dispuesto es a perder la poltrona”, apunta el experto.
Con estas palabras, Martos quiso subrayar la dimensión cobarde y calculadora del procurador romano: “Él no condena al reo, sino que lo entrega. Es ahí cuando comienza el camino de la crucifixión. Pero quien ejecuta realmente la sentencia es el pueblo romano, comprado. Ahí está la clave. Esa es la sentencia contra Cristo que grita Poncio Pilato”.
Vuelve a ver la entrevista completa en el último programa de La Pasión.
