Por las venas de Barbate corre sal, viento de levante… y ahora también tiza azul. En la Lonja Vieja, entre los ecos del atún y el murmullo del río, se escucha el inconfundible sonido del taco golpeando la bola. Ha nacido “Los Atuntaos”, la primera escuela de billar pool del municipio, y no es cualquier cosa: al frente está María Todorova, campeona nacional de Bulgaria y artífice de este proyecto que mezcla disciplina, deporte y una pizca de magia.
No hay rincón que Barbate no convierta en algo especial. Esta vez le ha tocado el turno a un deporte con aroma a vida y precisión de cirujano: el billar americano. Y es que este pueblo, que ya nos tiene acostumbrados a hacer lo impensable posible, acaba de sumar a su listado de hitos la creación de una escuela de billar de alto nivel, con una profesional al frente y una mesa que brilla como el mármol bajo la luz que entra por los ventanales de la Lonja Vieja.
María Todorova aterrizó en el municipio hace poco más de un año. De raíces búlgaras y mirada de quien ha ganado mucho en la vida (y en las mesas), esta mujer de carácter sereno y firme encontró aquí un rincón donde echar raíces. Regenta un negocio en Zahara de los Atunes y ya se ha adaptado al ritmo y al habla gaditano, y fue precisamente en casa donde germinó la idea de esta escuela.
Todo comenzó enseñándole a jugar a su hijo Yoan, entonces de 14 años. Y lo que parecía un simple pasatiempo entre madre e hijo se convirtió en una revolución personal: “Vi cómo empezó a centrarse, a tener más disciplina, a organizarse mejor… incluso mejoraron sus notas. Pensé: si esto le sirve a él, le puede servir a otros jóvenes también”. Y así fue como se encendió la chispa.
Lo que vino después fue una partida bien jugada. María conectó con la Asociación Cultural La Aurora y encontró el apoyo institucional en la concejala de Fomento, Ana Moreno, quien no dudó en cederle un espacio en la planta alta de la Lonja Vieja, con vistas directas al río Barbate. Un escenario inmejorable para lanzar esta escuela que es mucho más que una clase: es un proyecto para la vida.
María no se ha andado con medias tintas. Ha traído consigo una mesa profesional importada desde China, considerada una de las mejores de Andalucía. Una joya del billar cuyo precio es mejor no preguntar, pero que habla de su compromiso con el deporte y la calidad del aprendizaje.
La escuela de billar “Los Atuntaos” abre sus puertas a jóvenes a partir de los 14 años, con la idea de formar un equipo sólido, con vistas a la competición. No es solo un curso, es un proceso de selección y entrenamiento donde se valora la actitud, la implicación y el potencial. Las plazas son limitadas —solo cinco—, y las clases son completamente gratuitas. El horario se adaptará a la disponibilidad de los participantes, en coordinación con la monitora.
Yoan, el primer alumno, su hijo, es ya un ejemplo vivo del resultado. Participa en campeonatos y su nombre empieza a sonar fuerte en el circuito andaluz de primera división. María, entre sonrisas, lo ve como “el primer atuntao oficial”.
“Los Atuntaos”. Así se llama la escuela. Un guiño al alma gastronómica de Barbate, aunque a María, curiosamente, no le guste mucho el atún. Pero su pareja sí: fan incondicional del rojo almadrabero, le dice con frecuencia que está “atuntao”, y de ahí, con humor y cariño, surgió el nombre. Porque si hay algo que esta historia tiene, además de talento, es autenticidad.
La escuela también ha iniciado contactos con la dirección del IES Trafalgar, con el que se estudia una colaboración que aún está por concretarse. “Es una herramienta que sirve para fomentar la concentración, la planificación, el autocontrol. “El billar te enseña a pensar antes de actuar, a estudiar cada movimiento, a entender que cada error tiene consecuencias”, explica María. Y en esa filosofía encuentra una metáfora para la vida.
La mesa, ubicada junto a los ventanales de la Lonja, recibe una luz natural que inunda el paño con una calidez cinematográfica. “No es que sea importante”, dice María, “pero es una maravilla jugar con esa vista al río”.
En un municipio donde la almadraba se convierte en espectáculo, donde el arte y la cocina se abrazan con naturalidad, no sorprende que ahora también el billar tenga su templo. “Los Atuntaos” es un pequeño milagro a golpe de taco, una nueva forma de educar, de unir y de crecer. Porque, y así lo sabemos quienes lo vivimos día a día, en Barbate todo es posible. Incluso que una campeona búlgara enseñe a meter bola con precisión de reloj suizo en una lonja reconvertida.
Y es que aquí, entre olas y tiza azul, el futuro también se juega al billar.