La Delegación de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla está llevando a cabo riegos de consolidación en la presente campaña (2024-2025), "la más ambiciosa de los últimos seis años", en la que se han plantado más de 6.000 árboles, tal como informa el Consistorio en una nota de prensa.
De este modo, se establece un programa de riegos a baja presión, "profundos, abundantes y espaciados, especialmente durante el periodo de consolidación".
La humedad del suelo constituye un factor determinante para el desarrollo del sistema radicular y, por consiguiente, para el correcto establecimiento del ejemplar, como destaca el comunicado. Al respecto, se realiza un riego de "post-plantación" --inmediatamente después de la plantación--: un riego copioso con un volumen mínimo de 50 litros por ejemplar.
Este riego tiene como finalidad asentar el terreno, aportar una reserva inicial de agua y asegurar la percolación profunda mediante el llenado completo de la pileta.
RIEGOS DE CONSOLIDACIÓN
El periodo mínimo para la realización de estos riegos es de dos años en nuevas plantaciones, pudiendo ampliarse a criterio de los técnicos municipales en función de las condiciones del suelo, "como alta compactación, deficiente drenaje o carencia de nutrientes, entre otros factores".
Los riegos de consolidación son abundantes, de modo que el agua penetre en el suelo "en todo el espesor del volumen enraizable a lo largo del hoyo de plantación". También se riega alrededor del ejemplar, "para favorecer la expansión del desarrollo radial del sistema radicular".
Asimismo, se evitan los riegos superficiales y frecuentes, ya que propician la formación de "raíces superficiales, menos estables y altamente dependientes del riego artificial".
Desde junio a octubre, ambos inclusive, se riega mínimo una vez por semana. El resto del año, cada quince días, siempre y cuando no se produzcan precipitaciones. En todos los casos, se recomienda aplicar una dosis de 50 litros de agua por ejemplar en cada riego.
Durante los riegos de consolidación, se realizan supervisiones constantes para comprobar posibles descalces o desplazamientos, ya que los riegos sucesivos o las condiciones climáticas adversas pueden provocar estos efectos. Además se controla la vegetación espontánea. Además, se realizan controles de calidad y seguimiento de los riegos, concluye el comunicado.