La Catedral de Sevilla ha iniciado el proceso de limpieza y conservación de la custodia procesional de plata realizada por Juan de Arfe, una de las piezas más emblemáticas del patrimonio litúrgico hispalense y protagonista indiscutible de las procesiones del Corpus Christi. Para llevar a cabo esta delicada intervención, se ha instalado un andamio especialmente diseñado que permite acceder con precisión a cada uno de los rincones de esta majestuosa obra de arte sacro.
La custodia requiere un mantenimiento periódico debido a su imponente tamaño, la riqueza de sus detalles y su constante exposición durante el culto público. Esta actuación busca garantizar su preservación y brillo de cara a futuras salidas procesionales, manteniendo la excelencia estética y espiritual que la caracteriza.
Obra cumbre de la platería española, la custodia de Arfe fue terminada en 1587 y alcanza los 3,90 metros de altura con un peso de 475 kilogramos. Se compone de cinco cuerpos decrecientes, con estructura renacentista y un programa iconográfico extraordinario, concebido por el canónigo Francisco Pacheco bajo las directrices del Concilio de Trento. Esta joya visualiza en plata la exaltación de la Eucaristía y el vínculo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
El primer cuerpo representa a la Iglesia militante, con figuras de Pedro, Pablo, la Sabiduría y el Entendimiento, además de los doctores de la Iglesia y treinta y seis relieves alusivos a las Escrituras. El segundo cuerpo, donde se sitúa el viril para el Santísimo, está rodeado por los evangelistas y santos patronos de la diócesis de Sevilla. El tercer cuerpo simboliza a la Iglesia triunfante con el Cordero apocalíptico sobre el Libro de los Siete Sellos. En los superiores, destacan la Trinidad y, coronando la pieza, la figura de la Fe.
Durante el periodo barroco, se incorporaron importantes reformas como la actual peana con doce jarras, los ángeles de la balaustrada y la escultura de la Inmaculada que sustituyó a la primitiva imagen de la Fe en el primer cuerpo. Estos añadidos enriquecieron aún más una custodia que es símbolo y testimonio de la fe sevillana y del esplendor artístico de su Catedral.
La intervención actual responde a criterios de conservación preventiva y permitirá que esta obra maestra luzca en todo su esplendor durante la celebración del Corpus Christi y otros actos solemnes, reafirmando su posición como una de las custodias más importantes del mundo.