Un total de 1.865 migrantes han fallecido entre enero y mayo de 2025 intentando llegar a las costas españolas. Entre las víctimas había 112 mujeres y 342 menores de edad, según el 'Monitoreo del Derecho a la Vida en la Frontera Occidental Euroafricana' de la ONG Caminando Fronteras.
El informe, elaborado en el marco del trabajo del Observatorio de Derechos Humanos, analiza 113 casos que han tenido lugar en la frontera occidental euroafricana entre el 1 de enero y el 31 de mayo de 2025. En este periodo, 38 embarcaciones han desaparecido con todas las personas a bordo.
El mes más trágico por el número de fallecidos ha sido enero con un total de 767 personas muertas. Le siguen febrero con 618 muertes; marzo con 261; abril con 162 y mayo, cuando 57 personas perdieron la vida tratando de llegar a España.
Según la investigación de la ONG, la ruta atlántica continúa siendo la más letal y peligrosa de todas. Esta ruta incluye las salidas desde Mauritania, Senegal y Gambia y desde las localidades de Dajla y Guelmin, con destino a las Islas Canarias. En esta ruta, han fallecido 1.482 personas, representando el 80% de todas las muertes registradas en estos primeros meses del año. Se mantiene la ruta desde Mauritania como la más mortífera de todas, con 1.318 muertes.
Caminando Fronteras destaca en su análisis que, durante este periodo, se mantiene un elevado porcentaje de desapariciones, "consolidando un patrón de mortalidad invisible, y del que son ejemplo de nuevo la llegada de cayucos a las costas de América Latina". Se han documentado cayucos hallados en Brasil y Trinidad y Tobago.
"Situaciones en las que las personas fallecen en condiciones de sufrimiento extremo, a menudo por deshidratación, inanición o exposición prolongada a los elementos", ha explicado, para pedir un "análisis exhaustivo" sobre el mínimo despliegue de medios aéreos en zonas clave del Atlántico, especialmente en las rutas más alejadas de la costa y de mayor riesgo.
Por otra parte, la ruta argelina ha dejado 328 víctimas mortales en los cinco primeros meses del año, mientras que la del Estrecho ha registrado 52 muertes y la de Alborán tres fallecidos. También en la atlántica, la ruta de Agadir-Dajla ha contabilizado 54 fallecidos y la de Senegal-Gambia 110 muertes.
IMPACTO "LETAL" DEL CONTROL DE FRONTERAS
En cuanto a la ruta del Estrecho, la ONG sostiene que "los hallazgos de cuerpos en avanzado estado de descomposición y sin posibilidad de identificación se han convertido en una constante en esta ruta, lo que refleja de manera cruda el impacto letal y deshumanizante de las políticas de control fronterizo sobre la vida de las personas migrantes".
El análisis de la ONG, recogido por Europa Press, refleja también que estas 1.865 personas fallecidas provenían de 22 países: Afganistán, Argelia, Bangladesh, Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Etiopía, Gabón, Gambia, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Islas Comores, Mali, Marruecos, Mauritania, Pakistán, República Democrática del Congo, Siria, Somalia, Senegal, Sudán y Túnez.
"Aunque las cifras han bajado comparándolas con el mismo periodo del año pasado, no podemos normalizar estas cifras y por eso debemos continuar exigiendo a los diferentes países que protejan la vida de todas las personas por encima de las medidas de control migratorio", ha afirmado Helena Maleno, coordinadora de la investigación.
Según Caminando Fronteras, las políticas de control migratorio y la "degradación de los estándares de protección de la vida en el mar" han sido factores determinantes en el 47% de las tragedias analizadas en este informe. Otros factores son la falta de activación y la inacción en los operativos de búsqueda, aun conociendo la posición de las embarcaciones; desigualdad territorial en la aplicación de los protocolos de protección; coordinación deficiente entre países; falta de investigación de las causas y consecuencias de los naufragios; "grave precariedad" de las embarcaciones y salidas con malas condiciones meteorológicas.
