Al fin de la actuación se escucharon dos frases por parte del público asistente con las que estoy muy de acuerdo. Una de ellas fue “¡qué calor hace con la hora que es!”, la otra, “¡qué gran espectáculo acabamos de ver!”. La primera de ellas es muy normal teniendo en cuenta que el verano está a la vuelta de la esquina y que en Santiponce, precisamente, no suele nevar ni cuando estamos a cero grados. La segunda de ellas, la referida a la artista y a su obra, ya es según las apreciaciones de un público exigente e, insistimos, salió más que satisfecho de lo que había presenciado como me ocurrió a mí.
El Festival Internacional de Danza de Itálica inició una nueva edición en el Teatro Romano con Mercedes de Córdoba y su exitoso montaje ‘Olvidadas (A las Sinsombrero)’, en el que recupera del ostracismo a una serie de nombres de la Generación del 27 que por el hecho de ser mujer brillaron menos (casi nada) que sus contemporáneos masculinos en las artes, la literatura, la ciencia o tantos otros campos. Su presencia en este certamen, que durará hasta el 28 de junio cuando el Sergio Bernal eche el cierre, se debe a la suspensión días antes del Ballet Nacional de España motivada por “la imposibilidad de llevar a cabo las funciones debido a una situación de conflictividad laboral con miembros del equipo técnico de la compañía”. Hay veces que las eventualidades llevan consigo grandes sorpresas y lo de Mercedes ha sido una suerte para todos. El destino y el buen trabajo de producción hacen posible que una gran compañía como la suya ponga la maquinaria a funcionar con apenas días para reformular dos funciones, 17 y 18 de junio, que sufrió algunas modificaciones en el elenco y cuerpo técnico que luego contaré. Las luces, por ejemplo, estuvieron bajo el mando de Laureano Serrano en vez del habitual Ángel Olalla.
El análisis de esta obra pasa por una una visión extensa y profunda del mensaje, de cómo el cuerpo en movimiento y la música, todo lo que provocan los efectos lumínicos e incluso los de atrezo (cubos, vestuario, un andamio, una vela…), hacen posible que durante hora y media aproximadamente nos envuelva el contexto histórico de la España gris en la que las mujeres no consiguieron destacar, en la amplia mayoría, por unas imposiciones sociales bañadas de machismo. He aquí una de las definiciones de Mercedes: comprometida. Por otro lado y a diferencia de otras propuestas que sobresalen en la actualidad en el baile flamenco, ella se hace rodear de un equipo de trabajo numeroso, dándole espacio en el desarrollo a un cuerpo de baile (Alejandra Creo, Marta Cañizares y Polina Sofía) de destacada y constante aportación. Valiente y generosa, dos definiciones más.
Luego, ella baila y diseña coreografías de elevada factura, a la altura de muy pocos en estos momentos. Estamos ante una de las más exquisitas coreógrafas de hoy día en la danza flamenca. Todo tiene un sentido, lo que aparentemente carece del mismo recobra significado minutos más tarde. La música es el canal para la contextualización, con Juan Campallo a la batuta ya a la guitarra. Cante de El Mati, sustituyendo a Jesús Corbacho, y Jonathan Reyes, con las palmas indispensables de El Oruco. Percusión de Paco Vega y contrabajo de Gal Maestro, que con su avanzado estado de embarazo tuvo que quedarse debajo del andamio.
He visto nacer y crecer este espectáculo desde la concepción de la idea, al interés de la cordobesa por conocer en Madrid a Mar Clark, sobrina de una de las más representativas damas de la generación que nos ocupa, Marga Gil Roësset, hasta la puesta en escena del work in progress Infinita (con el alma fuera y el cuerpo dentro), en el Festival de Jerez 2024, culminando con el estreno en la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla. También lo disfruté en el Festival de Jerez 2025, en su plenitud sublime. Esta revisión que llevo a cabo de la obra, esta relectura, me lleva a resaltar la capacidad de comunicación, el talento para crear, la suerte de emocionar y la magnitud escénica que propone Mercedes en este Premio Lorca 2025 en la categoría de ‘Mejor espectáculo español/flamenco’. Como esto no es una crítica al uso, sino un artículo de opinión, me ahorro los detalles de estilos de cante o baile que interpretaron, aunque al final aparece la seguiriya y Mercedes pisa la realidad con su visceralidad de mujer. Para conocer el resto, deben ir a verla.