La cabalgata del XII ‘Orgullo Serrano’ puso colofón en Arcos de la Frontera a casi dos semanas de intensa actividad en proclamación de la condición LGTBIQ y en fomento de la diversidad y respeto sexual; una tarea que desde hace esos doce años viene custodiando en toda la Sierra de Cádiz la asociación Delta, nacida precisamente en Arcos.
La tarde del sábado, las calles se antojaron un arcoíris imaginario que dibujó un paisaje de alegría y sobre todo de simbolismo, por la igualdad y la libertad. Personas de toda condición sexual se manifestaron con pancartas y una novedosa carroza con ‘mucha marcha’ que simbolizó la alegría de la convocatoria. La escena se reprodujo desde la estrecha calle Nueva hasta el Paseo de Andalucía, donde la eclosión sería el pregón pronunciado por el artista Cristian Coto, un conocido músico que saltó a la fama de la mano del programa ‘Se llama copla’, quien ofreció desde el escenario un ejercicio de solidaridad y un canto por la igualdad y el respeto.
‘Desde nuestros pueblos con todo el orgullo’ ha sido el lema elegido en la presente edición por parte de Delta, con un mensaje que fue respaldado por el alcalde de la ciudad, Miguel Rodríguez, junto a otros delegados y delegadas de su equipo de Gobierno que no dudaron en tomar la pancarta y con ello hacer suya la reivindicación de la jornada. Se hicieron acompañar, además, de la diputada provincial de Igualdad, Susana Sánchez Toro, y de la cúpula de la asociación de Delta representada por su presidente, Manuel Orellana; y su vicepresidente, Joaquín Gómez, aunque tampoco faltaron a la cita las personas precursoras de la asociación y del propio ‘Orgullo Serrano’ como Rafael Gil.
La creatividad y originalidad también se pusieron de manifiesto durante la cabalgata, con auténticas coreografías que sorprendieron por imaginación y derroche de color. Todo al ritmo de batucada y en una tarde tórrida que en este sentido pudo restar público a la convocatoria.
La estampa, con más de un centenar de personas, dejó un rastro intrínsecamente reivindicativo que pone punto y seguido al enarbolamiento de banderas del colectivo hasta la lectura de casi veinte manifiestos hasta el día de hoy. Sí, porque todavía existe un sector social, aunque mínimo, que rechaza la homosexualidad o el derecho individual a expresarse y sentir su sexualidad. En las posturas más radicales, todavía se producen tristemente episodios de odio condenables, públicamente y en los juzgados como debe ser.
