Aníbal Gómez, actor, guionista, músico, DJ y la mitad de Ojete Calor, atendió a Viva Málaga en plena gira del grupo sobre su faceta más personal, su relación con el humor, la gira, la serie que acaba de terminar y esa constante necesidad de reinventarse sin perder la risa. Este sábado actúan en Marenostrum Fuengirola y promete que el público local... saldrá escaldado.
De haber sabido que íbamos a llenar el WiZink Center no nos hubiéramos puesto Ojete Calor, sino algo más pretencioso, como Vetusta Morla o IzalPREGUNTA: ¿Cómo estás?
RESPUESTA: Entretenido con varios proyectos. Cuando estoy muy ocupado me quejo por estrés, pero en el fondo me siento bien. A veces, cuando paro, me entra una especie de ‘liviana depresión vacacional’. El término me lo acabo de inventar, pero me pasa y punto. Tengo la capacidad de estar mal justo los tres días que tengo libres.
P: Y viendo todo lo que haces —gira con Ojete Calor, DJ, actor, guionista, escritor— ¿de dónde sacas el tiempo?
R: Me siento un poco como un hombre del Renacimiento que tiene que tirar de muchas facetas porque tiene culo de mal asiento. Me aburre hacer todo el rato lo mismo. Lo bueno es que todos los 'fregaos' en los que meto me gustan. Cuando una profesión empieza a cansarme, tengo otra esperándome. Y el ocio lo encajo en los ratos libres; rara vez tengo 15 días libres seguidos.
P: ¿Has aprendido a separar el trabajo del ocio o se te mezcla todo?
R: Con el tiempo me lo he ajustado. Si sé que tengo un rodaje, luego me planifico para irme al cine. Me organizo para que cada día tenga un poco de todo. Y si no puedo tener vacaciones largas, al menos me regalo pequeños placeres.
P: ¿Cómo te presentas a alguien que no te conoce?
R: Nunca digo “soy cómico”, porque parece que conlleva que tenga que hacerte reír al momento. Prefiero decir que soy actor. Aunque también escribo, hago música… Pero no procede soltar toda la lista de profesiones. A veces, por broma, digo que soy jardinero. Depende de la hora y del día. Sobre todo de la hora. Creo que alguna vez he dicho que soy carpintero.
P: ¿De todas tus facetas, cuál te llena más?
R: Depende del proyecto. Con Rafaela y su loco mundo, una serie que se va a estrenar en A3Player, estoy siendo muy feliz porque es como si la hubiera parido y encima la he hecho con amigos. Pero cuando estoy subido al escenario con Ojete Calor, me lanzo al público y no dejan que me salte los dientes, también te diría que es lo mejor. Cada proyecto tiene su momento.
P: ¿Cuánto de Aníbal Gómez hay cada vez que te subes a los escenarios?
R: Aníbal Calor es un personaje. Nace y muere en los escenarios. Hace tiempo que ni siquiera hace entrevistas, vive en su planeta. Tiene su vestuario, su forma de pensar… y está diseñado así. Yo puedo tener alguna cosa parecida, pero no soy él. Como Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Algo pueden tener que ver, como te decía antes, también dependiendo de la hora y el día, pero por lo general hay una separación bastante importante. Si estuviera las 24 horas siendo Aníbal Calor, tendríais que internarme y darme medicación. Os doy permiso, de verdad.
P: ¿Sientes que hay un hilo conductor entre todo lo que haces?
R: Sí, el humor. En mis papeles, en los guiones, en los libros, en las canciones… La comedia está en todo lo que hago. Hasta en mi faceta de DJ, que es como la de un animador de hotel de serie B en Benidorm.
P: ¿Te gustaría salir de la comedia algún día?
R: Ahora estoy trabajando en un proyecto que no es comedia, aunque te confieso que me siento muy bien en el mundo del humor. Hay quien huye del género para que le tomen en serio; yo, lo contrario. Me encanta ver a actores dramáticos haciendo comedia. Me parece una forma real de mostrar versatilidad. Para mí, la comedia es un arte mayor.
P: ¿Te gusta estar de gira o preferirías que todos tus trabajos fueran a 50 metros de casa?
R: Lo que menos me gusta son los viajes. Creo que fueron los Rolling Stones los que dijeron que si coges 50 años de su carrera, 30 están haciendo música y 20 esperando en aeropuertos. Pero bueno, todo se compensa en el momento del concierto. La recepción inmediata del público no la tienes ni en rodajes, ni en libros, ni en guiones. Y con Ojete Calor improvisamos mucho, cada ciudad es distinta. Por eso los shows son tan agradecidos.
P: Ojete Calor empezó como una broma... y ahora llenáis festivales. ¿Cuándo os disteis cuenta de que esto iba en serio?
R: De haber sabido que íbamos a llenar el WiZink Center no nos hubiéramos puesto Ojete Calor, sino algo más pretencioso, como Vetusta Morla o Izal. Fue todo muy progresivo. Hubo momentos clave, como 'Viejoven', 'Mocatriz', 'Agapimú'... Pero creo que el secreto está en que siempre hemos compaginado ese proyecto con nuestras otras profesiones. Sacamos pocos singles, damos pocos conciertos. La gente sabe que hacemos muchas cosas y por eso nos lo perdonan.
P: ¿Cómo hacéis Carlos (Areces) y tú para cuadrar horarios?
R: Es complicado, pero nunca perdemos de vista que esto tiene que seguir siendo divertido. Si eso significa hacer solo 18 conciertos al año, lo hacemos. Si fueran 50, nos quemaríamos. Siempre intentamos tocar en sábado, que no suele haber rodajes, y vamos haciendo encaje de bolillos.
P: ¿Alguna anécdota o guiño para los malagueños?
R: ¡Claro! Si vienen a vernos a Fuengirola el sábado, disfrutarán viendo cómo nos metemos con ellos. Nos da muchísima vergüenza ajena los grupos que dicen “sois el mejor público que hemos tenido” y luego sabemos que lo van diciendo allá donde van, porque coincidimos en festivales y los hemos pillado. Como nos da tanta cosa, hacemos lo contrario: preguntamos a amigos de Málaga qué es lo que más rabia les da… ¡y usamos esa información contra vosotros! Cada ciudad es distinta, y Málaga tiene muchos clichés. Claro, para descubrirlo, tus lectores tendrán que venir al concierto. Les tenemos un traje preparado cortado a medida.
