El tiempo en: Valencia
Viernes 27/06/2025
 
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Málaga

Exclusiva

La Nâo Club de Marbella se enfrenta a una reclamación de 70.000 euros y posible cierre

El Juzgado de Primera Instancia 3 deja visto para sentencia la demanda de dos comunidades de vecinos por el ruido que genera su actividad

  • Accesos al club. -
  • "La música por las noches es un infierno y el ruido es como tener una tormenta en casa", dice una vecina de la urbanización Señorio de Aloha
El Juzgado de Primera Instancia número 3 de Marbella dejó este jueves visto para sentencia la demanda civil que dos comunidades de propietarios han ejercido contra la sala de fiestas Nâo Pool Club, por las molestias y daños morales causados por contaminación 
acústica que vienen sufriendo hace más de una década, y por los que reclaman 70.000 euros por daños morales y patrimoniales, sin descartar en su reclamación, si el juzgador lo estima, el cese completo de la actividad si no se toman medidas drásticas que permitan su descanso vecinal.
 
Se trata de la primera demanda en la jurisdicción civil (hay ya sentencias por la vía penal y Contencioso-administrativa en Málaga, como la del Juzgado de lo Contencioso número 6 del 2021 por el ruido nocturno en la plaza 'Mitjana', en la que se condenó al Ayuntamiento de la capital por inacción frente a la contaminación medioambiental).  
 
La sala se encuentra ubicada entre las urbanizaciones Aldea Blanca y Señorío de Aloha, que han tenido que reforzar con una valla perimetral (con un coste de 32.000 euros) para impedir el acceso de la clientela que sale en estado ebrio y ocupa las zonas ajardinadas privativas. 
 
"Es una pesadilla por el día y la noche. Salen completamente borrachos y después de haber consumido drogas, la gente se queda fuera hasta las 2 de la madrugada. Las chicas orinan entre los coches, y el atasco de taxistas es terrible por no poder circular, lo que nos impide sacar nuestros vehículos del garaje por la mañana", relató al juez A. F., una propietaria sueca, que describió el ruido por la música "como si tuvieras una tormenta continua al lado de tu casa".

 

Espacio reservado al reproductor de vídeo
 
Por paradójico que parezca, el club, que es propiedad de la mercantil Shalom Banus S. L., tiene una licencia municipal como restaurante en la calle de Los Tilos (Nueva Andalucía) y abre diariamente entre las 11 y las 20 horas. 
 
Su promoción como restaurante con "una piscina y un ambiente de moda adecuado para desconectar en Marbella" fue, contrariamente, calificado por su cercanía por la casi decena de testigos que comparecieron en la vista oral como "un auténtico infierno", por el alto volumen de la música y por el ruido de las fiestas y eventos que realizan. Desde el mes de abril hasta octubre, dijeron, han llegado a concentrarse más de 500 personas durante las madrugadas. 
 
Según la demanda, las molestias se producen también para una escuela infantil, situada en la calle Jazmín, y cuya apertura es de las 12 hasta la 16 horas.
 
TESTIMONIO DE LOS ADMINISTRADORES DE FINCAS
 
Para el presidente de la comunidad Aldea Blanca "el ruido en estos años ha ido a peor, desde el año 2010 que yo resido. Tenemos un problema muy grande por la gente que allí acude. La clientela sale muy borracha, orinan en los alrededores, se pelean y menudean con drogas. Es un ruido que empieza a las 11 de la mañana, hasta las 8 de la tarde, los siete días de la semana, y prosigue los fines de semana no solo hasta las doce de la noche, sino que se prolonga en la madrugada con voces y por la circulación de los vehículos".
   
     Tanto la administradora de la comunidad Aldea Blanca, como el representante de la de Señorío de Aloha, confirmaron no solo las quejas de los propietarios de ambas urbanizaciones, sino también los intentos que se habían hecho para buscar una salida pactada con los dueños de la discoteca. "Se están vendiendo las propiedades y su valor, según nos dicen las inmobiliarias, está cayendo", apostilló el administrador.
 
El abogado de la mercantil sostuvo, por el contrario, que la actividad se ejercía de dentro los límites fijados por el Ayuntamiento de Marbella y la normativa de Junta de Andalucía, y señaló que habían "realizado medidas correctoras" para evitar que la propagación de los decibelios, procedente de los potentes altavoces de la sala, molestase a los residentes.
 
Sin embargo, a preguntas del letrado Francisco Soler, que representa a los vecinos, la administradora cuestionó esta afirmación ya que pese a que "con la pandemia hubo cierto 'parón acústico', desde el 2021 se ha intensificado, y aunque digan que han cambiado los bafles el ruido sigue igual, porque incluso se han llegado a concentrar hasta mil personas en los eventos". 
 
Los demandantes presentaron el informe defendido por un perito en acústica que sostuvo ante el magistrado que los equipos de medición utilizados demuestran que "el ruido por la actividad en la sala Nâo es abismal al de otros ruidos, y entra con los sonidos graves en el interior de las viviendas, notándose cuando hay música exterior de cuando no la hay". 
 
Por el contrario, el perito presentado por la sociedad propietaria, cuya empresa ha sido la encargada de cambiar algunos de los equipos musicales tras las quejas vecinales, cuestionó la mediciones de entre 79 y 71 decibelios registradas en las urbanizaciones por su colega. Unos controles realizados en 2024, distintos a los del 2022 y 2023 que dan origen a esta demanda civil de los residentes.
 
El letrado Francisco Soler solicitó la condena de Shalom Banús S. L. para que cese en estas perturbaciones procedentes de su actividad, pidió la imposición de las obras necesarias de insonorización hasta los límites permitidos para un negocio en el exterior, y a que se pague 50.000 euros a la comunidad Aldea Blanca, y otros 20.000 euros para la urbanización Señorío de Aloha por daños morales causados por la contaminación acústica, así como por las molestias generadas por el público asistente a los eventos del restaurante Nâo Pool Club. 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN