Tanto PP como PSOE afrontan este tórrido mes de julio en claves electorales y con el interés puesto en medir, bien es cierto que con diferentes cintas métricas producto de la realidad de cada cual. Preparando lo que vendrá a partir de septiembre, ambos líderes andan jugándose el pellejo porque aunque partan de posiciones distintas en el sentido de que mientras el presidente Sánchez se organiza en clave defensiva y manda mensajes a través de su grupo de watsApp animando a la resistencia, el líder popular Feijóo mueve piezas posicionando a Miguel Tellado como secretario de organización y al frente del ataque contra el Gobierno junto con la leonesa Ester Muñoz, de verbo fácil y acusación directa, todo en el 21 Congreso Nacional que la formación conservadora celebra en Madrid y en la que se conjurarán para asediar al Gobierno del maltrecho Sánchez. Tellado es de la extrema confianza del gallego, un killer agudo que por el contrario tiene una evidente incapacidad para conectar con el electorado. No cae bien.
Defensa y ataque en un juego que bien podría llamarse Sólo puede quedar uno, Sánchez o Feijóo, Feijóo o Sánchez. Que caiga Sánchez sería lo normal tras lo que le está cayendo, pero le va la fiesta sobre todo cuando el baile se pone hosco y está convencido de resistir e, incluso, de terminar la legislatura y volver a presentarse y en otra pirueta mortal sumar para mantenerse en el poder, en cuyo caso a Feijóo no le quedaría otra que retirarse a una de las torres en la isla Toralla en Vigo y que es símbolo del urbanismo infame también practicado en su Galicia natal. Allí, retirado en un ático, con la mirada perdida sobre el gélido mar porque esta vez tampoco. Por tanto, ambos se la juegan y, visto así, más tiene que perder Feijóo ante un Sánchez que cada día disfruta de uno de regalo.
Ferraz es un solar, la inquietud de todos los trabajadores de la principal casa del pueblo español ha sido elevada durante toda la semana hasta conocer el nombramiento de la valenciana Rebeca Torró como nueva secretaria de Organización y despejar así lo que era un secreto a voces en el sentido de colocar a una mujer guardando el corral por su, en principio, menos dinamismo -por género- a meter la mano en la caja, lo cual es de una simpleza elevada. Junto a ella pone a Anabel Mateos, Borja Cabezón, que es amigo personal desde la infancia y quien más activo ha estado en Ferraz estos días, y Paco Salazar, que mantendrá su responsabilidad en Análisis y Acción Electoral y es el único de los anteriores que salva el pellejo porque ya estaba en el cargo cuando Cerdán manejaba. Los demás caen, y de manera especialmente estrepitosa un Juanfran Serrano que fue de los primeros en vaciar su despacho y que en poco ha pasado de ser una alternativa seria en Andalucía para liderar el partido a caer apartado del mismo por compartir tanta imagen con Cerdán, su ex jefe y promotor de aquella idea andaluza. La Feria, como decía Ábalos, te resitúa de principal a terciario en minutos y al jiennense le costará, pese a sus 36 años, hacer olvidar esa conexión directa que mantenía con su anterior jefe y tal vez lo consiga con paciencia y años en los cuarteles de invierno, que es allí donde acuden todos los que por distintas razones estuvieron a punto de y se quedaron en eso.
¿Y el PP? Que la corrupción sea la llave que le abra la puerta del Gobierno de España le incomoda porque es la misma llave que le abrió la misma puerta para que saliera. Pero, abierta la puerta o al menos entreabierta, no ralentizará el paso, distinto es saber hasta qué punto los españoles castiguen al PSOE por un hecho que el partido de Sánchez intentará encajar en aislado, de tres golfos, que seguro que no son tres porque para tramar a este nivel hacen falta más manos -y a distintos niveles- y eso lo sabe cualquiera que conozca el proceder actual de la administración pública, también si Feijóo y su templada propuesta es alternativa ante una aparente fuga de votos de una izquierda que tampoco vislumbra otras opciones sólidas en su desmembrada zona ideológica actual o si, como parece, el gran beneficiado sea el partido de Abascal por cuanto el electorado busque fuego, mantenlo prendido, fuego, no lo dejes apagar… Y el fuego recio quien mejor lo produce hoy es la extrema derecha.
Cuando las formaciones políticas actuales se cuestionan inquietas cómo es posible el crecimiento en España y Europa de formaciones ultraderechistas, no es tan difícil encontrar la explicación. Hartura del pueblo y, especialmente, en cuanto a corrupción, lo cual no significa que a la derecha ultra -también a la moderada- no le guste el jamón bueno veteado de bellotas serranas, al contrario, le encanta, tanto o más que a la izquierda progresista solo que al menos no se sube al púlpito para dar lecciones sobre las bondades de ser vegetariano mientras guarda un bocata de 5 Jotas en la mochila mochilera de trotamundos hippie. Son simpáticos estos que dicen ser vegetarianos con la salvedad del jamón, que es como ser asexual salvo cuando la señora o el señor aparenta rico.
Julio, qué mes. Al margen de que distintas formaciones políticas lo usen para medirse y ajustarse de cara al inminente septiembre y a un otoño que todo hace indicar que será extremadamente bélico, queda bien poco para que todo se detenga y en eso casi todos andan de acuerdo porque el año ha sido largo e intenso y quien más quien menos ansía asueto, arena fina y espuma de mar y vinazos que entornen las persianas y todo lo óptico derive en mágico. Que el verano sople esta ola fétida que en todo se posa, hasta en el AVE, desconectado de la velocidad estos días para disgusto de miles de usuarios que usan una vía que ha dejado de ser fiable. A Adif le salen cortes desde donde sangrar por todos sitios.
PP y POE se reúnen este fin de semana para darse ánimo en el asedio, uno, fortaleza en la resistencia, el otro. La corrupción de fondo en ambos casos y en ambos casos escasa confianza de avanzar con una metodología firme y eficaz que la evite más allá de cambiar a las personas, que es lo que hacen siempre porque por mucho que proclamen el poder de los vegetales porque proporcionan calcio, vitamina A, ácido fólico y, en general, todo aquello que atrae a la buena salud, a la mayoría sigue emocionando el regusto del ibérico agarrado en garganta. Profunda.
