Jennifer López continúa imparable su gira 'Up All Night Live' por España. Después de cantar en Pontevedra, Cádiz, Fuengirola, Madrid y Barcelona, este miércoles ha llegado el turno de Bilbao, donde ha desatado la locura con un derroche de voz, un espectacular físico a los 56 años del que ha presumido con numerosos cambios de vestuario, y unas complicadas coreografías que reflejan por qué está considerada una de las divas del pop más exitosas de la historia.
Antes de poner rumbo a la ciudad vasca -a la que seguirá Tenerife, donde actuará este jueves en su última fecha en nuestro país antes de continuar por Europa y Asia- la neoyorkina de origen puertorriqueño abría su corazón durante su concierto en el Palau Sant Jordi de la ciudad condal, sincerándose sobre el amor y sobre qué supuso para ella la cancelación de su tour mundial en el verano de 2024 tras su separación de Ben Affleck.
"Estoy muy agradecida de estar aquí con ustedes. Últimamente pienso mucho en la gratitud. La vida son momentos. Momentos difíciles... Pero, al final, todo son experiencias. En lo que respecta a la vida y al amor, de ahí salen todas estas canciones (...) cuando te enamoras tan profundamente que no puedes vivir sin esa persona, piensas en él o ella todo el tiempo, te dejas llevar...", confesaba ante el público de Barcelona, asegurando que a pesar de que no todo sale como uno piensa, "el amor es la hostia".
"El verano pasado tuve que cancelar una gira que habíamos planeado en Estados Unidos e internacional. Me dolió mucho hacerlo. Pero aquí estoy ahora. Fue un verano muy duro, pero les hice una promesa a mis hijos. Quise mostrarles que se pueden atravesar momentos tristes, que estas cosas a veces pasan en la vida, pero que de todo se sale siendo aún más fuertes y mejor que antes. Siempre se puede salir más fuerte" ha revelado muy emocionada.
Unas palabras tan sorprendentes como la actitud que JLo ha tenido con sus seguidores en el aeropuerto de Barcelona antes de coger el avión privado que le llevaría a Bilbao. A pesar de los intentos de sus guardaespaldas por protegerla impidiendo que nadie se acercase demasiado a ella, la cantante y actriz ha demostrado que ser una diva no está reñido con ser cercana ni simpática.
Y es que lejos de dar la espalda a la decena de fans que la aguardaban a las puertas de la terminal, Jennifer ha derrochado amabilidad, haciéndose fotografías, firmando autógrafos y repartiendo sonrisas. Con una gorra de los Yankees de Nueva York en color ciruela, gafas de sol y los labios maquillados en marrón, la protagonista de 'Imparable' ha abrazado a un joven que lloraba emocionado, antes de acercarse a un seguidor en silla de ruedas y sacarse una instantánea para el recuerdo. El momento, ¡en el siguiente vídeo!
