Los Ejércitos de Tierra, del Aire y del Espacio y la Armada apuntan a la guerra electrónica como ámbito clave en el contexto derivado de la guerra de Ucrania, que ha demostrado la importancia de la tecnología en los conflictos. Dominar la guerra electrónica proporciona ventaja frente al adversario: sirve para esconderse, pero también puede robar el control de un GPS o dejar ciego un misil, ilustran los expertos que se dedican a esta materia.
La guerra electrónica implica el uso del espectro electromagnético, ya sea para detectar al adversario como para no convertirte en objetivo, y es un campo en el que las Fuerzas Armadas están en combate "constante". Así lo explica la coronel jefe del Regimiento de Guerra Electrónica nº31 del Ejército de Tierra, Isabel Montalbán, que tilda al entorno electromagnético como "indispensable en la guerra moderna, a todos los niveles". Pone palabras al planteamiento del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), que lo ubica como una prioridad.
"Nuestro enemigo es el silencio", resume el teniente coronel Jesús Rodríguez Olmedo, del Centro de Apoyo Logístico del Regimiento de Guerra Electrónica nº31 del Ejército de Tierra. Los expertos de las Fuerzas Armadas hacen uso de las tecnologías de guerra electrónica en clave defensiva, pero el teniente coronel quiere dejar claro que estas tecnologías pueden usarse también para atacar, aunque él prefiere la palabra "perturbar".
"Perturbar mejor que atacar", señala, y pone algunos ejemplos: emitir en la misma frecuencia que el otro pero con más potencia para inutilizar sus comunicaciones, robar el control de un GPS -"una técnica que se utiliza mucho", precisa--, dejar ciego un misil o contrarrestar un dron, enumera.
EL POTENCIAL EN LA ARMADA
La Armada puede sacar jugo a la guerra electrónica porque "viven" de las señales electromagnéticas. Las necesitan para posicionarse, para hacer uso de los radares y para las comunicaciones, expone el capitán de corbeta Carlos León, de la división de Logística de la Sección de Armas y Guerra Electrónica de la Armada. "Explotar el espectro electromagnético es supervivencia, la guerra electrónica en la Armada es transversal a todo", resume.
En el caso de los buques, es fundamental "tener un control de ese espectro electromagnético para no ser detectados y detectar al adversario antes de que ellos nos detecten a nosotros, e incluso para defendernos: se puede enmascarar la unidad de ataque de misiles", profundiza el capitán de corbeta.
Esta tecnología se usa, por ejemplo, en los buques que están desplegados en la operación 'Atalanta' y también se ha podido comprobar la importancia de la electromagnética en los sistemas de navegación de los buques que transitan el mar Rojo, expone.
La coronel Montalbán, el teniente coronel Rodríguez y el capitán de corbeta León destacan la importancia de que la tecnología está a la vanguardia cuando se habla de guerra electrónica. "Si no estudias el espectro electromagnético durante un año, cuando te quieres poner ya es tarde", ilustra León, que especifica que la Armada tiene este extremo "muy claro" y desde hace años participa con la industria nacional en programas específicos en la materia, y en "constante adaptación". De hecho, la idea pasa por dotar a todas las unidades del Ejército de guerra electrónica propia, tercia el teniente coronel.
La coronel Montalbán cita como prioridades en este ámbito la inversión financiera y el personal, aunque todos son conscientes de que formar a un soldado en esta materia cuesta "años". En cualquier caso, los cursos en guerra electrónica no están democratizados porque todas las unidades no cuentan con la tecnología necesaria para impartirlos.
El consejero delegado de TRC Alfredo Estirado destaca que la tecnología, en general, y la destinada a la guerra electrónica en particular "avanza muy rápido" y que estar al día requiere de "inversiones fuertes". En el contexto actual, y con el Gobierno decidido a promover la autonomía estratégica de España en el ámbito de la defensa, Estirado entiende que es el momento de desarrollar las tecnologías necesarias para dotar a las Fuerzas Armadas de estas capacidades, e incluso poder venderlas fuera. "Ahora somos capaces de producir", incide.
TRC ha desarrollado una herramienta de mando y control para gestionar información en el ámbito de la guerra electrónica, llamada Crberus. Las Fuerzas Armadas la probarán en un ejercicio que se celebrará en octubre, 'Atlas'.