La energética Cox ha cerrado un acuerdo para adquirir la filial mexicana de Iberdrola en una operación valorada en 4.200 millones de dólares, lo que equivale a unos 3.643 millones de euros al cambio actual. La transacción, que podría culminarse a finales de 2025 o principios de 2026, marca un punto de inflexión para la empresa dirigida por Enrique Riquelme, cuya capitalización bursátil apenas alcanza los 840 millones de euros.
Según publica El Mundo, el acuerdo incluye 15 centrales eléctricas con una capacidad instalada conjunta de 2,6 gigavatios (GW), además del negocio comercial y una cartera de proyectos en desarrollo. Esta compra representa una apuesta estratégica de Cox, que ve en México un mercado clave por su estabilidad jurídica, crecimiento sostenido y proyección energética.
Aunque el precio final de la operación dependerá del momento del cierre, Cox ya ha desembolsado 35 millones de dólares (30,58 millones de euros) como anticipo, que se descontarán del montante total una vez se complete la adquisición. La compañía deberá aún obtener el visto bueno de la Comisión Nacional de Energía, la Comisión Nacional Antimonopolio y de su junta de accionistas, aunque esta última ya cuenta con el respaldo del 84% del capital social.
El valor de la operación se ha estimado en 1,6 millones de dólares por megavatio operativo, una cifra que posiciona a Cox en una nueva dimensión empresarial. Tal como ha explicado la empresa, "esta transacción representa un hito transformador para la compañía, elevando a Cox a una nueva dimensión en términos de tamaño y posicionamiento".
Con esta compra, la firma anticipa la ejecución completa de su plan estratégico tres años antes de lo previsto, con proyecciones para 2025 de 3.000 millones de euros en ventas y 750 millones de euros en EBITDA.
Iberdrola, por su parte, en palabras de su presidente Ignacio Sánchez Galán, ha indicado que esta desinversión forma parte de su estrategia de concentración en redes de transporte y distribución eléctrica, con una inversión futura prevista de 55.000 millones de euros, principalmente en Estados Unidos y Reino Unido.
Cox ha subrayado su intención de aprovechar su sólida presencia en el mercado mexicano para fortalecer su posición en áreas de alto crecimiento. "Se trata de una inversión alineada con su estrategia de generar EBITDA recurrente y sostenible a largo plazo, tal como se planteó en su salida a Bolsa en noviembre pasado", ha afirmado la empresa.
La energética ha señalado que "México se consolida como el segundo mayor mercado eléctrico de Latinoamérica, con una economía sólida, calificación 'investment grade' y una demanda creciente que exige importantes inversiones en infraestructura". En este contexto, Cox planea un ambicioso programa de inversión entre 2025 y 2030 valorado en 10.700 millones de dólares, que incluye nuevos activos energéticos, proyectos concesionales de agua por hasta 1.500 millones y el desarrollo de iniciativas sociales.
La integración del equipo humano también es parte fundamental de esta operación, ya que Cox incorporará a más de 800 empleados de Iberdrola México, fortaleciendo así su estructura operativa. Además, la compañía ha resaltado que esta compra generará sinergias clave dentro de su modelo de integración de agua y energía como motores de desarrollo sostenible en Latinoamérica.