El Mirandés sorprendió la pasada temporada a propios y extraños con una gran campaña a la que únicamente le faltó un gol en el último partido, la vuelta de la final del playoff de ascenso ante el Real Oviedo, para lograr el salto de categoría y estar el próximo curso en Primera División.
Sin embargo, la campanada no llegó y, a pesar de cuajar un excelente año, Alessio Lisci y los suyos se quedaron con la miel en los labios. Fue precisamente el nivel mostrado por la plantilla lo que ha conllevado al desmantelamiento de un equipo que deslumbró en España.
A ello se suma, además, la política de fichajes del club, basada en acumular cesiones de los equipos de Primera División, que ven en el Mirandés el banco de pruebas perfecto para enviar a sus jóvenes, conscientes de que es una buena plaza para que eleven su rendimiento y, o bien se revaloricen y aseguren una futura venta, o se queden en la plantilla para competir en el más alto nivel.
Por ello, a día de hoy el Mirandés cuenta únicamente con ocho jugadores inscritos en LALIGA Hypermotion para comenzar la temporada: el portero Juanpa; los defensas Postigo, Pica, Medrano e Iker Córdoba; los centrocampistas Juan Gutiérrez y Marino; y el delantero Iker Varela.
Con este contexto, el cuadro rojillo busca realizar entre 10 y 12 incorporaciones de aquí al cierre de mercado, a última hora del 1 de septiembre. Queda por ver cuántos de ellos aterrizan en Anduva antes del 17 de agosto, la fecha marcada en rojo por suponer el inicio de la competición liguera ante el Cádiz en el Nuevo Mirandilla.
Por el momento, se respira calma en Miranda de Ebro, conscientes de que el trabajo realizado el pasado curso otorga rédito al director deportivo, Alfredo Merino, de cara a la afición y al propio club.
