Desde noviembre y hasta después de Reyes la actividad en el obrador del Convento de Las Bernardas (Convento de la Inmaculada Concepción, de la Orden Franciscanas Descalzas y Clarisas) no cesa, ante la demanda de la sociedad de dulces típicos de la Navidad realizados de forma artesanal.
La marca 'Dulces Puerta del Ángel' ha conseguido desde finales de los años ochenta convertirse en garantía de calidad, por los productos utilizados, y de sabor, por el gusto de sus dulces, entre los que no faltan los mantecados manchegos, de huevo, el polvorón de Viena, el mazapán o los pastelillos de Navidad.
Son los más vendidos durante estas fechas y de ellos son responsables cuatro de las veintidós monjas que residen en clausura en el Convento.
Según la abadesa, Clara Quesada, y una de las hermanas responsables del obrador, Mª José Martínez, “es la única fuente de ingreso para el Convento y una actividad muy cómoda para las monjas”.
Si todo comenzó hace más de veinte años como una afición, con un horno modular y una batidora regalada por una jienense frecuente del Convento, el obrador del Convento de Las Bernardas ha llegado a realizar 13.000 kilos de dulces típicos en sólo quince días. Fue un hecho puntual para una feria de dulces navideños realizada en la capital, pero el obrador no deja de realizar dulces, que se venden “bien” entre los jienenses y en ferias de dulces navideños realizados en conventos a nivel regional.
Sin embargo, desde el año pasado, las ventas han caído, aunque la producción sigue siendo rentable para estas monjas.
Las recetas que conocían las hermanas por sus madres han conseguido sumar adeptos, y los dulces realizados por ellas son conocidos en Jaén y en el resto de Andalucía.
Desde el amasado hasta el envasado final, todo es labor de las monjas. “Todas las hermanas han colaborado alguna vez en algunas de las fases de producción”, decían.
Con precios de entre cuatro y ocho euros el medio kilo de dulces, se pueden comprar en horario de 10 a 12:45 horas y de 16 a 18:15 horas.
Mientras, en el Convento de las Carmelitas Descalzas no hacen dulces navideños desde hace relativamente pocos años, y en el de Santa Clara la producción es mínima y, mayoritariamente, se venden a las familias de las monjas.