Numerosas personas se echaron anoche a la calle para acompañar a la Patrona de Lepe, la Virgen de La Bella, en la celebración de uno de sus días más especiales del año, el 15 de agosto.
Eran las diez de la noche cuando se inició el cortejo procesional, en el que la imagen de la Virgen fue sobre un paso exornado con nardos.
El recorrido se realizó por las calles Iglesia, San Cristóbal, Alonso Barba, Pérez de Acevedo y Plaza de España, siendo el segundo año que la han portado los costaleros en lugar de los antiguos cargadores, con un itinerario nuevo desde el 2011.
Todas las hermandades de Lepe acompañaron a la Patrona, a las que se unieron en este día especial las de algunos municipios cercanos, entre los que destacan Cartaya, Ayamonte o Isla Cristina. La banda que puso música al paso de la Virgen fue la del Liceo de Moguer, que tuvo muy buena acogida. A lo largo del recorrido fueron incontables las ocasiones en las que se vio a los más fieles hacer promesas a la Bella, incluso con los pies descalzos, así como gritarle numerosos vivas.
La procesión tuvo una duración de tres horas, con la entrada al templo cerca de la una de la madrugada. Momentos antes de la llegada al templo de Santo Domingo, la hermandad de la Bella hizo la tradicional puja de la vara.
La salida de Nuestra Señora de la Bella tiene la particularidad de llevar la Virgen sobre su manto billetes de curso legal que son prendidos por los fieles dentro del marco de una costumbre que se mantiene tras casi siglo y medio de historia.
Y es que la imagen llegó a la localidad hace 177 años, procedente del convento de El Terrón, tras ser rescatada por los vecinos de ser llevada al Monasterio de La Rábida.
Entonces, llegó al municipio "sin nada, sin gente que la amparase en forma de hermandad, e incluso cuentan que la gente le iba lanzando a su paso todo lo necesario para mantenerla", explica el Hermano Mayor de la Hermandad, Jesús Cortés.
Con el paso de los años la costumbre se ha mantenido, y la salida de La Bella a la calle supone rememorar una costumbre a la que se suman los turistas que en estos días se encuentran en la provincia de Huelva.
Para entregar las ofrendas hay que dirigirse a los directivos de la hermandad, que rodean a la Virgen durante todo su recorrido, y darles los billetes, que son prendidos en el manto mediante unos imperdibles preparados antes de la salida.
Cuando la imagen salió de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán ya llevaba en su manto algunos billetes, que fueron aumentando según avanzaba el recorrido, y que es una de las formas de recaudar dinero que tiene la hermandad lepera, que desarrolla distintas actividades a lo largo del año.
La devoción a la imagen tiene varios siglos de historia, ya que la primera cita documental a Santa María de la Bella en Lepe data del año 1396, cuando Juan Alonso de Guzmán, Conde de Niebla, le legó una limosna de cincuenta maravedíes en su testamento.
El origen de la devoción de Lepe a su Patrona está vinculado con la Orden Franciscana, cuyo primer convento en la zona fue fundado por el noble Francisco Luján en el año 1431.
Su título era San Francisco del Monte y estaba situado en los cabezos paralelos a la costa, desde la Torre del Catalán hasta La Redondela, donde cada segundo fin de semana de mayo se celebra la romería en honor a la patrona de Lepe.
La actividad religiosa se retoma hoy con la celebración del día de San Roque. Para ello, su hermandad celebrará una función en honor al Patrón de Lepe, que tendrá lugar a las 20.00 horas. Posteriormente la imagen del Patrón tomará las calles de la localidad, al igual que ayer lo hiciera la Virgen de La Bella.