?A los puristas los veo y los saludo. Para mí son unos flamencólicos?
Flamenco de cuna y de conocimiento, Pitingo sabe abrazar con dulzura la música negra para, con fusión de voz y sonido, aunar estilos de música aparentemente dispares, pero que en esencia crecen desde la misma raíz: la de la Música.
¿Desde cuándo no paras, Pitingo?
–No paro desde hace cerca de dos años, desde que empezamos con el espectáculo ‘Soulería’, que es anterior a la publicación del disco. Y en este momento, hasta diciembre tengo todo el calendario cogido en España, y a partir de enero al extranjero. ¿No quería ser artista? Po toma artista (Risas).
Después de muchos éxitos por grandes teatros de toda España, ¿Crees que conseguirás llenar los cuatro días en Huelva?
–Yo creo que sí. Quizá totalmente lleno no, pero el 70 u 80% de aforo creo que conseguiremos. Si no, no pasa nada. Cantaré con mucho cariño y con muchas ganas. Me dejaré el corazón en Huelva, y me va a dar igual si vienen cien o si vienen 800.
¿Te sientes abanderado del flamenco más allá del mundo flamenco?
–Yo me considero flamenco. Si hay un sitio en el que me tienen que poner, es en el flamenco, aunque sea una música que yo haya mezclado, pero el disco es prácticamente flamenco.
¿Puede el flamenco abrazar cualquier estilo, o hay alguno que se le escapa?
–Para fusionar estilos, hay que conocer los estilos bien. Ahora, si dices, por ejemplo, ahora voy a fusionar flamenco con música japonesa, y nos has escuchado música japonesa en tu vida, y metes a un japonés tocando detrás tuya, pues eso no son dos estilos que se unan. Pero si conoces las dos músicas, sí se puede fusionar. Ante todo, hay que conocer el flamenco, sus palos, cómo están hechos. Tienes que conocerlo para poder hacer algo encima de eso. Primero, los cimientos, y después haces el tejado. Si haces primero el tejado, la casa no sale bien.
¿Cómo te llevas con los puristas?
–Yo los veo y los saludo. La verdad que yo no creo en el flamenco puro, sino en el flamenco clásico. Para mí, los puristas son unos flamencólicos. Siempre están quejándose. Pero bueno, los que se lo pasan mal son ellos porque se llevan demasiados disgustos.
¿Qué relación sigues manteniendo con tu Ayamonte natal?
–Pues muchísima, porque tengo toda la familia allí. Tengo a mi abuelo, a las hermanas de mi madre, a las hermanas de mi padre, a todo el mundo, y cuando puedo desconecto y vuelvo porque es el sitio en el que me he criado. Yo, entrando por Despeñaperros ya me huele diferente.
¿En tus próximos proyectos, seguirás versionando o tirarás un poco más de la creación propia?
–Intentaré hacer temas propios, claro.Pero también es verdad que si versiono ciertas canciones, es porque son canciones que me gustan especialmente, y que, en cierto modo porque me han marcado. Todo el mundo se acuerda de personas o se acuerda de épocas por canciones.
Cuando se escucha a Pitingo, se sabe que es Pitingo el que está cantando...
–Eso es bueno. Puedo gustar más o menos, pero lo bueno es diferenciarse, aunque cantes poco, pero diferenciarse.
¿Qué le vas a ofrecer a la gente de Huelva en los cuatro conciertos de mayo?
–Van a ver algo diferente. Dos culturas distintas, la flamenca nuestra y la de la música negra. Van a ver algo suyo. Quizá, musicalmente hablando, me considere un poquito embajador de Huelva, y aquí estoy ahora con un espectáculo para toda la familia.
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