De hecho, en estos momentos los operarios de la obra están procediendo una limpieza del hallazgo que permita hacer un balance más exacto sobre este nuevo descubrimiento, que es el cuarto que se da en la calle Real desde que empezaran las obras.
El hallazgo presenta un buen estado de conservación y tiene una longitud aproximada de unos 100 metros, ya que empieza en la parte inferior del edificio militar, recorre toda su fachada y termina a la altura de los jardines. La estampa provoca la curiosidad de los viandantes, que se detienen para comprobar este nuevo secreto que ha visto la luz con el movimiento de tierra de las obras.
La aparición de estos restos hará que, al igual que sucedió en la zona de Borrego, se ralenticen las obras en dicho tramo hasta que la Junta de Andalucía no determine la manera de actuar sobre dicho terreno una vez que concluyan todos los análisis y se realicen los preceptivos informes.
Además, conllevará a una necesaria y nueva reordenación del tráfico para no perjudicar a los comerciantes de la zona, de ahí que Acosafe tendrá que sentarse de nuevo con los responsables de la obra y ver cuáles son las mejores alternativas para el tráfico rodado.
El cuarto
Como se ha señalado con anterioridad este el cuarto hallazgos arqueológico que ve la luz desde que las máquinas comenzaron a actuar sobre la arteria principal de la ciudad. El primero de ellos se localizó a la altura de la Alameda Moreno de Guerra, cuando apareció un pequeño murete que resultó ser el que delimitaba la finca en la que vivía el propio Moreno de Guerra. El siguiente descubrimiento se halló en la zona de La Ardila, cerca de la fuente de la Comunicación, donde lo que dejaron a la luz las excavadoras fue el muro de una casa romana, típica de la zona en aquella época. El tercero de los hallazgos es el más reciente, ya que también ha tenido lugar entre finales del pasado mes de julio y primeros de agosto. Resultó ser un honor púnico que apareció justo enfrente del conocido Patio Cambiazo, además de restos de una salazonera y piezas de cerámica.
La aparición de esta canalización de aguas negras del siglo XIX es el cuarto y no es descabellado pensar que cuando las máquinas sigan abriendo zanjas en los tramos de obra que aún restan aparezcan nuevos restos.
