La comunidad educativa se moviliza contra la violencia en las aulas
Profesores y alumnos leyeron un manifiesto en repulsa de las últimas agresiones
Los docentes del Mar de Alborán piden al delegado provincial una rectificación inmediata
La última agresión vivida en el IES Mar de Alborán fue la gota que colmó el vaso para que toda la comunidad educativa de Estepona se movilizara en contra de la violencia en las aulas, especialmente los docentes y alumnos que cursan sus estudios en el citado centro y que han protagonizado a lo largo de la semana distintos actos en protesta de estas agresiones.
El pasado miércoles el instituto realizaba un parón en sus clases para concentrarse en el patio del recreo durante 20 minutos. Allí, y con el apoyo de padres y madres, representantes de otros centros y responsables políticos, los profesores y los alumnos leían dos manifiestos en los que mostraban su repulsa hacia las dos últimas agresiones vividas en el centro.
“El menor violento se siente amparado por unas leyes que les protegen y le transmiten un mensaje de impunidad”, apuntaba el profesorado en su manifiesto, que añadía: “Ante estos hechos los docentes nos sentimos desprotegidos e incapaces de ejercer nuestra profesión con eficacia, seguridad y libertad”. Así, y tras mostrar su repulsa ante estos hechos, los docentes pedían a las autoridades, instituciones educativas y al poder judicial, medidas firmes que acaben con la violencia escolar y refuercen su autoridad.
Por su parte, el alumnado señalaba sentirse “impotente” ante la dificultad que encuentran los profesores para impartir clase, al tiempo que mostraba su rechazo ante estas agresiones que “quebrantan nuestro derecho a ser enseñados, a sentirnos libres, a no tener miedo ni ser intimidados o insultados por un grupo de alumnos que se creen más fuertes y mejores que los demás, porque están protegidos por las instituciones y por las leyes”.
Los actos continuaban por la tarde, con una concentración pacífica en la plaza Antonia Guerrero y que fue respaldada por unas 200 personas, entre políticos, profesores, alumnos, padres y madres. Las consignas eran claras: ‘No más violencia’ y ‘Queremos educar en Paz’ se podía leer en las pancartas y panfletos de los asistentes.
Piden rectificación
Pero el enfado de la comunidad educativa no queda ahí. La postura del delegado provincial, José Nieto, ante lo ocurrido en el Mar de Alborán, provocó la indignación de los docentes. Y es que poco después de conocer la noticia de una nueva agresión en el centro, el delegado señaló que a los medios de comunicación que ésta se debió "a un problema de organización de la convivencia", para lo que el mismo lunes destinó al instituto al ‘Gabinete de Paz’, órgano suscrito a la delegación provincial de Educación, que se encarga de analizar cómo está estructurada la convivencia en los centros.
El profesorado ha tachado las palabras del delegado de "desafortunadas" y le han exigido públicamente una rectificación inmediata. "Es muy triste que nuestro delegado no solamente no nos apoye, sino que nos denigre", indicó uno de los profesores, Carlos Repiso, que añadió: "Estas declaraciones deberían llevar a la Consejería a reflexionar sobre sus responsables en la delegación provincial de Málaga".
Apoyo institucional
Quien sí se volcó de lleno con la comunidad educativa fue la corporación municipal al completo, que el pasado viernes aprobó por unanimidad una propuesta, presentada en el capítulo de asuntos urgentes, por la ex edil de Educación, Mariví López. En ella, los representantes políticos mostraban también su rechazo a la violencia escolar, así como su apoyo a los docentes, al tiempo que pedían que las admnistraciones competentes tomaran cartas en el asunto.
Días antes y tras conocer lo ocurrido, el concejal de Educación, Antonio Sánchez, también manifestaba su repulsa ante las últimas agresiones y hacía un llamamiento a la sociedad. Sánchez pedía a la ciudadanía que se revelaran contra estos actos y que apoyasen a los docentes, reforzando la autoridad del profesorado.
El pasado miércoles el instituto realizaba un parón en sus clases para concentrarse en el patio del recreo durante 20 minutos. Allí, y con el apoyo de padres y madres, representantes de otros centros y responsables políticos, los profesores y los alumnos leían dos manifiestos en los que mostraban su repulsa hacia las dos últimas agresiones vividas en el centro.
“El menor violento se siente amparado por unas leyes que les protegen y le transmiten un mensaje de impunidad”, apuntaba el profesorado en su manifiesto, que añadía: “Ante estos hechos los docentes nos sentimos desprotegidos e incapaces de ejercer nuestra profesión con eficacia, seguridad y libertad”. Así, y tras mostrar su repulsa ante estos hechos, los docentes pedían a las autoridades, instituciones educativas y al poder judicial, medidas firmes que acaben con la violencia escolar y refuercen su autoridad.
Por su parte, el alumnado señalaba sentirse “impotente” ante la dificultad que encuentran los profesores para impartir clase, al tiempo que mostraba su rechazo ante estas agresiones que “quebrantan nuestro derecho a ser enseñados, a sentirnos libres, a no tener miedo ni ser intimidados o insultados por un grupo de alumnos que se creen más fuertes y mejores que los demás, porque están protegidos por las instituciones y por las leyes”.
Los actos continuaban por la tarde, con una concentración pacífica en la plaza Antonia Guerrero y que fue respaldada por unas 200 personas, entre políticos, profesores, alumnos, padres y madres. Las consignas eran claras: ‘No más violencia’ y ‘Queremos educar en Paz’ se podía leer en las pancartas y panfletos de los asistentes.
Piden rectificación
Pero el enfado de la comunidad educativa no queda ahí. La postura del delegado provincial, José Nieto, ante lo ocurrido en el Mar de Alborán, provocó la indignación de los docentes. Y es que poco después de conocer la noticia de una nueva agresión en el centro, el delegado señaló que a los medios de comunicación que ésta se debió "a un problema de organización de la convivencia", para lo que el mismo lunes destinó al instituto al ‘Gabinete de Paz’, órgano suscrito a la delegación provincial de Educación, que se encarga de analizar cómo está estructurada la convivencia en los centros.
El profesorado ha tachado las palabras del delegado de "desafortunadas" y le han exigido públicamente una rectificación inmediata. "Es muy triste que nuestro delegado no solamente no nos apoye, sino que nos denigre", indicó uno de los profesores, Carlos Repiso, que añadió: "Estas declaraciones deberían llevar a la Consejería a reflexionar sobre sus responsables en la delegación provincial de Málaga".
Apoyo institucional
Quien sí se volcó de lleno con la comunidad educativa fue la corporación municipal al completo, que el pasado viernes aprobó por unanimidad una propuesta, presentada en el capítulo de asuntos urgentes, por la ex edil de Educación, Mariví López. En ella, los representantes políticos mostraban también su rechazo a la violencia escolar, así como su apoyo a los docentes, al tiempo que pedían que las admnistraciones competentes tomaran cartas en el asunto.
Días antes y tras conocer lo ocurrido, el concejal de Educación, Antonio Sánchez, también manifestaba su repulsa ante las últimas agresiones y hacía un llamamiento a la sociedad. Sánchez pedía a la ciudadanía que se revelaran contra estos actos y que apoyasen a los docentes, reforzando la autoridad del profesorado.
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