Domingo de Resurrección de cielos cubiertos y amenazantes de lluvia, pero ello no fue obstáculo alguno para que Arcos celebrara su tradicional Toro del Aleluya, poniendo en la calle inicialmente al astado de nombre ‘Tortotito’, de la ganadería de Núñez del Cuvillo. Horas antes los tramos del recorrido ya manifestaban un gran ambiente y toda la expectación posible para el encierro, el cual fue autorizado simbólicamente por el alcalde de la ciudad, Miguel Rodríguez, mientras ondeaba el pañuelo desde una azotea de la calle Gomeles. A todo, esos balcones y azoteas fueron la mejor atalaya para asistir al espectáculo sin necesidad de participar y correr algún peligro.
Nada más salir del cajón, el animal dio más de un susto debido a su estado de frescura y a su propio miedo al verse rodeado de corredores. ’Tortolito’ realizó varias veces el recorrido completo, satisfaciendo así el gusto del público y, lo mejor de todo, sin provocar heridos de consideración. Poco antes de la una de la tarde, el animal dio muestras de su cansancio, dando ya inicios las labores para retirarlo de la vía pública por parte del equipo de protección del toro.
La segunda de las resueltas, en este caso ‘Billetero’ de la misma ganadería y de pelo negro mulato, realizó igualmente el recorrido previsto sin herir a espectador alguno de gravedad, salvo provocar los típicos sobresaltos por su cercanía y los normales golpes contra las vallas al sentirse acorralado.
Las tareas de ensogado del animal fueron dirigidas una vez más por el director de lidia, el torero Manuel Barea ‘El Arqueño’, para devolver al toro a su cajón. En el encierro, el animal se resistió como cabía de esperar ante el griterío del público.
Un año más la organización del evento se vio rodeado de fuertes medidas de seguridad, con la presencia en el recinto de Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil, equipo de protección del toro y servicios sanitarios incluyendo el hospital de campaña para las atenciones más perentorias. Según un primer balance, al menos dos personas resultaron heridas leves pero están fuera de peligro, una de ellas es al parecer un miembro del propio equipo del toro.
En el lado social, el Toro del Aleluya contó con miles de personas en el recorrido, gran ambiente en todo el centro y con los bares y restaurantes a tope. Y todo en una jornada donde el tiempo acompañó y donde ‘la marcha’ continuó. Ello se dejó notar en la falta de aparcamiento en prácticamente todo el centro de la ciudad.