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Lunes 19/05/2025
 

Arcos

Juan Bosco Navarro “recoge la canción” de sus amigos poetas en el aniversario de su ida

La Delegación de Cultura de Arcos le rinde un bello homenaje a la altura de su calidad artística y humana

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Homenaje al poeta Juan Bosco Navarro.

Homenaje al poeta Juan Bosco Navarro.

Juan Bosco Navarro, natural de la sevillana Puebla del Río, falleció repentinamente hace diez años cuando se postulaba como alcaldable por Izquierda Unida. El poeta, y luego político, que llegaría a Arcos en los primeros años ochenta como profesor de idiomas en el único instituto de la época, sembró una semilla de amistad social que germinaría con el tiempo en una reconocida admiración por quienes tuvieron la dicha de conocerlo. Fruto de esa relación, la Delegación de Cultura le dedicó con criterio y justicia un bonito acto donde otros poetas dieron lectura a los versos de Juan Bosco Navarro y dejaron su testimonio sobre su amistad con el escritor.

Las palabras de bienvenida fueron del delegado de Cultura, Andrés Camarena, ante el público congregado en el salón de La Molinera y El Corregidor del Palacio del Mayorazgo. El concejal diría aquello de que “los gaditanos nacen donde quieren, pero también los arcenses nacen donde quieren”, con lo cual daba testimonio de la ligazón de Juan Bosco con Arcos y de su enamoramiento con su sociedad, “y si lo hace a través de la política, mejor todavía”. Pero también diría que la cultura y el trabajo por los demás “no tienen color político”. Terminaría añadiendo que “la poesía está más viva que nunca en Arcos”, en alusión a la prolongación de la actividad poética desde la Delegación de Cultura.

El poeta Pedro Sevilla, que tanto compartió con Navarro Grau afición poética y trabajo político, dijo que es obligación “mantener viva la llama de los poetas que ya están en la otra orilla del misterio”. Justificado así, describió a “un poeta que sigue influyendo a través de las lecturas que hacemos en la intimidad de nuestra salita o patio o bien en estas lecturas públicas”. Juan Bosco Navarro tiene una poesía como era él, porque la poesía es un reflejo de nosotros mismos; una poesía preocupada y volcada con la esencia del hombre y su problemática más íntima”.

La también poeta Pepa Caro esbozaría que Juan Bosco Navarro fue un ser “reflexivo y sereno”, y dio paso al profesor y escritor excompañero del homenajeado en el instituto, José María Moreno Carrascal, con quien compartió la época “en que España se despertaba de los tiempos oscuros buscando un camino de sueños y esperanza”. Moreno Carrascal habló de un amigo, de una persona a la que admiraba y con la que compartió numerosas anécdotas que guarda en su memoria con cariño. Asimismo, diría que la poesía de Juan Bosco Navarro, efectivamente, “era una extensión de cómo era él, sereno, profundo, amable. Un tipo que quería todo aquel que lo conocía”. Su poesía, concluiría, es “un retrato de su mundo”.

La imprescindible y necesaria lectura de los poemas de ‘Campos sumergidos’, a la que se sumarían los escritores Rafael Castro, su compañera de instituto María Jesús Ortega y Paqui Morales, pondría fin a una velada de poesía, de cultura y, sobre todo, de admiración y amistad. Las emotivas intervenciones de la esposa de Juan Bosco Navarro, María Jesús Rodríguez, y de su hermano clausurarían definitivamente el acto.

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