La vicepresidenta de la Mancomunidad de Municipios de la Sierra de Cádiz, Ana Medina, ha hecho entrega a tres pueblos de la comarca de los documentos que contienen las conclusiones y datos de la investigación sobre Memoria Histórica y Democrática que ha elaborado la propia Mancomunidad con la colaboración de la Diputación provincial.
En la parte técnica, el informe es un trabajo del historiador Ángel Medina que ha dado pie a distintas actividades en torno al Día de la Memoria Histórica que se conmemora cada 15 de junio, desde conferencias hasta charlas en los institutos serranos. Estas acciones han pretendido centrarse en los municipios donde no se había dignificado hasta ahora a las personas que fueron represaliadas o asesinadas durante y posteriormente a la Guerra Civil española. Se trata de los municipios de Villaluenga del Rosario, Benaocaz y Algodonales.
El historiador autor del informe agradece a la Mancomunidad la ocasión de trabajar en este campo a pesar, dice, de la poca colaboración de las instituciones en general. Entiende que con la entrega de los documentos se cierra un proyecto de divulgación en torno a la Memoria que por ahora ha gozado de tres partes. Si bien “la Sierra es un puzle y hemos puesto algunas piezas en el tablero” -señala el historiador-, su metodología ha pasado por consultar los archivos de los ayuntamientos, el Diputación y el Provincial, así como los del Tribunal Militar de Sevilla donde se encuentra la mayoría de los expedientes contra vecinos de la provincia de Cádiz que fueron enjuiciados. Sólo en la Sierra, se calcula que 1.500 personas fueron afectadas por estos procesos que arrancaron en 1936 hasta finales de los 40.
El estudio de Ángel Medina viene a identificar a víctimas y su localización desde una visión que considera “no partidista”, que además recoge los principales sucesos violentos que cobraron especial virulencia en Villaluenga del Rosario. Detenciones, juicios sumarísimos, fusilamientos, rapados de pelo… estuvieron a la orden del día este triste periodo de la historia española y que tienen reflejo en el documento, así como los casos de exilio que se produjeron.
El historiador, que aporta junto a los documentos un dispositivo digital que contiene abundante material gráfico y biográfico, entrega simbólicamente a los ayuntamientos los resultados de su investigación. Al tiempo, agradece el testimonio de los familiares de las víctimas y de otros compañeros historiadores como el villamartinense Fernando Romero. Ahora, uno de sus primeros trabajos de campo, se centrará en la búsqueda de víctimas en el cementerio de Benaocaz, donde hay indicios importantes de la existencia de una gran fosa común.
Según la vicepresidenta de la Mancomunidad, el trabajo de su institución no ha terminado ni mucho menos porque aún quedan numerosas investigaciones pendientes, desde exhumaciones hasta actos de reconocimiento.
La entidad supramunicipal anuncia que, de la mano de los ayuntamientos de la comarca, seguirán profundizando en las políticas de Memoria Histórica y Democrática “con el objetivo de que no quede un lugar en la Sierra donde no se repare la memoria de las personas”.