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Jueves 05/12/2024
 

Arcos

Absuelto de agresión sexual a sus tres hijas menores

Manuel no ve a sus hijas desde hace cinco años y asegura no saber dónde están. Una profesora observó un comportamiento sexual anómalo en una de las niñas

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  • Manuel Rodríguez Bernal muestra a este medio la sentencia que le es favorable. -

El vecino de Arcos Manuel Rodríguez Bernal ha pasado un auténtico calvario judicial, pero sobre todo emocional, que se ha saldado recientemente con su absolución en un caso de delito de agresión sexual y maltrato practicado sobre sus propias tres hijas, de 13, 9 y 6 años de edad. Se da la circunstancia de que una de las menores implicadas en el caso es discapacitada, concretamente sordomuda.


Los hechos tuvieron lugar cuando la excompañera de Manuel abandonó el hogar para vivir con otro hombre. A partir de ahí, Servicios Sociales le retiró la custodia a la pareja cuando Manuel ya vivía con sus hijas y sus padres, puesto que su exmujer se había marchado a Tenerife. La explicación que dieron los Servicios Sociales a la abuela de las niñas fue que le estaban practicando “unas pruebas”, según narra Manuel Rodríguez. Al parecer, la profesora de un colegio había denunciado un comportamiento sexual anormal en una de sus hijas, al haber sido presuntamente sorprendida con una compañera practicando sexo.


Con el paso de los días, la Junta de Andalucía se hizo cargo de las tres niñas con el pretexto de practicarles un reconocimiento ante la sospecha de que hubieran sido víctimas de un caso de abuso sexual de su padre, e incluso de su abuelo. Sus hijas fueron apartadas de la familia, y su padre sólo podía acercarles si acaso un juguete o una prenda en Reyes, sin saber si los habían recibido porque, sencillamente, nadie le daba explicaciones.


La custodia provincial de las niñas se produjo presuntamente en base al informe de la Delegación municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Arcos, que expresó que las niñas estaban en situación de desamparo familiar, esgrimiendo en este sentido que pasaban mucho tiempo con unos vecinos.


A raíz de las denuncias sobre agresión sexual y maltrato, las menores fueron reconocidas varias veces, incluso por un forense experto, que hubieran acreditado que no se produjeron daños sexuales, informe ha sido fundamental en la resolución final. Según el código que regula las penas por este tipo de delito, a Manuel le hubieran caído 16 años de cárcel, aunque la Fiscalía reclamó nueve.

Sin pena y sin ‘gloria’
Todo este proceso se ha visto mezclado además con otro paralelo por un presunto delito de malos tratos a la expareja de Manuel, juicio que ni siquiera llegó a celebrarse por incomparecencia de la denunciante, es decir, su exmujer.


De estos hechos hace cinco años. El pasado 10 de diciembre, la Audiencia provincial de Cádiz, en su sección octava, emitía resolución sobre las denuncias por “los delitos continuados de agresión sexual y maltrato, de los que venía siendo acusado, con declaración de las costas de oficio. A la firmeza de esta resolución quedarán sin efecto las medidas cautelares acoradas en el seno del presente procedimiento penal”.


Febrero de 2013 y Manuel Rodríguez desconoce dónde están sus tres hijas, que  hipotéticamente estaban en un centro de menores de la Junta de Andalucía en Cádiz; incertidumbre que comparte con sus padres ya mayores, que al igual que él han vivido y viven una angustia total por estos hechos. Su padre ya ha sufrido diez trombosis y un infarto.


Manuel Rodríguez es ahora mismo uno de los muchos desempleados de Arcos, aunque ocasionalmente suele ser avisado para alguna peonada agrícola en una conocida finca donde ha trabajado otras veces. Asimismo, asegura desconocer dónde se encuentra su expareja, la cual no hubiera querido saber nada todos estos años de sus hijas. Manuel piensa que se encuentra en Tenerife al margen de esta triste historia.


Por ahora espera que la sentencia que le ha sido favorable le ayude a recobrar a sus hijas, de las que asegura nunca desatendió como padre. Es más, dice que dispone de los medios para el mantenimiento de la familia, por lo que en este caso la economía bien poco tendría que ver.

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