Eran apenas las cinco de la madrugada del pasado viernes. Protegidos por la oscuridad reinante, los tripulantes de una embarcación se acercan a la costa de Zahara de los Atunes con la intención de adentrarse en tierra a través del río Cachón, en cuya desembocadura aguarda un todoterreno preparado para hacerse con la carga que transporta la citada embarcación neumática semirrígida.
Hablamos de cientos de kilos de hachís envueltos en fardos de arpillera. Unos son grises y otros llegan con un tinte azul. MS 950, LA 920 son las marcas distintivas de ambas clases de fardos.
La operación de desembarco y alijo se ve interrumpida porque en la zona del rió Cachón hace acto de presencia una patrulla de la Guardia Civil, alertada seguramente por el Sistema de Vigilancia Exterior del Estrecho. Los presuntos narcotraficantes inician un sálvese quién pueda, mientras que los agentes persiguen al todoterreno una vez que tienen controlada la embarcación.
Al cabo de unos minutos, los agentes de la Guardia Civil localizan el todoterreno, sin ocupantes, cerca del camping que hay en dirección a Atlanterra, en el término municipal de Tarifa. El vehículo está cargado de fardos, tanto en el interior como en un doble fondo, aunque la cantidad de hachís decomisada aún no es oficial, hablamos de unos doce fardos.
Una grúa de una empresa de la comarca de La Janda se hace con la embarcación y la Guardia Civil incauta igualmente el todoterreno y la droga.
Un par de horas más tarde, un grupo de agentes de la Policía Local de Barbate se entera de la operación y sospechan que puede haber fardos perdidos en la playa. Una sospecha que se convirtió en realidad una vez que esta patrulla se trasladó desde Barbate hasta Zahara de los Atunes. Concretamente se acercan hasta el río Cachón.
Una vez allí, los agentes de la Policía Local de Barbate comienzan a seguir por la playa las huellas que dejaron los neumáticos del todoterreno. Lo hacen andando, a pie, porque no tienen un vehículo preparado para ello, pero su esfuerzo tendrá recompensa.
Los agentes se patean la playa y a medida que se acercan a la zona costera frente al Hotel Antonio, comienzan a encontrarse fardos abandonados a su suerte, desperdigados en la arena. Uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis fardos, los cuales arrojaron un peso de 195 kilos de hachís. Un gran éxito policial de los agentes barbateños, los cuales se pusieron en contacto con la Guardia Civil para que se los llevaran.
Pero hay pocas patrullas y menos agentes, con lo cual la Policía Local se hizo cargo del traslado de la droga incautada hasta la Jefatura en Barbate, donde recibieron la llamada del Cuartel de la Guardia Civil, donde finalmente se hicieron cargo de la custodia de la droga. Pocas felicitaciones por ahora, pero no hay duda que la labor de los agentes, tanto de la Policía Local como de la Guardia Civil, a pesar de sus pocos medios humanos y materiales, es encomiable.
