Así manifestó ayer, en declaraciones a los periodistas, la conselleira de Trabajo y Bienestar, Beatriz Mato, quien reiteró que la intención de la Xunta es “preservar y garantizar” la “salud” y el “bienestar” del menor.
El pasado mes de noviembre, la Xunta solicitó la custodia del menor, de diez años de edad, después de que un informe médico en agosto pasado alertara de insuficiencia respiratoria grave del niño, como consecuencia de su estado, ya que llegó a alcanzar un peso de 83 kilogramos.
A raíz de la negativa de los padres a entregar el menor a la Xunta para su ingreso en un centro de menores, un juzgado de Ourense abrió contra éstos un proceso por un delito de desobediencia, al que después se sumó otro de abandono por absentismo escolar.
“Cuanto más pronto pueda volver con su familia, muchísimo mejor”, afirmó Mato.