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Bruno García aspira a fortalecer la Bahía más allá de su fallida Mancomunidad

El primer edil de Cádiz quiere encontrar puntos de unión con el resto de alcaldes para impulsar proyectos futuros, pero descarta crear nuevos organismos

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  • Bahía de Cádiz. -

Bruno García ha propuesto en reiteradas ocasiones durante la campaña electoral y, tras imponerse en las urnas el pasado 28M, también en el discurso de investidura, la necesidad de sentarse con el resto de alcaldes de la Bahía de Cádiz para abordar cuestiones que sean de interés común.

El primer edil de la capital no ha aclarado si habrá una agenda concreta en esos encuentros, ni tampoco ha puesto fechas a cuándo se celebrarán, pero considera que ese diálogo es necesario dado los lazos existentes entre la población local y vinculada entre los diferentes municipios, y cuestiones como la movilidad y la ordenación del territorio, entre otras.

Inmaculada Nieto, portavoz parlamentaria de Por Andalucía, coincide con Bruno García en el planteamiento inicial, pero también es partidaria de concretar más, porque el propio Estatuto de Autonomía de Andalucía, dice, marcha el camino.

De hecho, la coalición de izquierdas presentó una proposición de Ley de Creación y Gestión de Áreas Metropolitanas, que las dote de instrumentos de gobierno y gestión. El Consejo de Gobierno, encabezado por Juanma Moreno, se ha opuesto.

El alcalde de Cádiz, se expresa contrario, en esta línea, a poner en pie nuevas instituciones supramunicipales, pero tampoco le convence la Mancomunidad de Municipios de la Bahía de Cádiz como foro de diálogo.

Lo cierto es que la Mancomunidad solo tuvo un papel protagonista en su origen, hace más de tres décadas. Actualmente, se encarga únicamente del balizamiento de las playas en seis localidades, ofrece formación técnica al personal municipal, ofrece servicio de PrevenCar, conocido popularmente como el coche ponemultas, para controlar el tráfico y, finalmente, tiene a su cargo el servicio de recogida y mantenimiento de animales abandonados. Con unas cuentas saneadas pero un presupuesto mínimo, y una plantilla reducida a cuatro personas, no parece llamada a servir de punto de encuentro. O sí. El debate está abierto.

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