En un comunicado, la compañía anunció que los equipos empezaron a inyectar cemento en el pozo a las 9:15 hora local (14:15 GMT), a través de tuberías conectadas a barcos situados en la superficie, con el objetivo de “bloquear y aislar el fuel”.
No obstante, el almirante retirado Thad Allen, que coordina la respuesta al vertido por parte del Gobierno de EE.UU., dijo ayer que el taponado “no es el final” de la catástrofe que ha devastado las aguas del Golfo, pero sí es “un paso clave para asegurar que no se vierte más petróleo”.