Se inició desde joven en el mundo de carnaval siendo componente en chirigotas infantiles y posteriormente cambió de modalidad a comparsas en juveniles. Dio el salto a adultos y en 2007 llegó su primer punto de inflexión al formar parte de la comparsa de Juan Carlos Aragón Araka la Kana, debutando con un primer premio. Tras tres años con el laureado poeta abandonó la modalidad para formar parte de la chirigota del Canijo, con el que también consiguió un primer premio con Ricas y Maduras en los cuatro años que formó parte de la chirigota. No fue hasta 2011 cuando comenzó como autor con Los niños del barrio y en 2012 cuando nació el conocido sello OBDC que mantiene hasta la actualidad. En 2014 Germán decidió dejar de formar parte de la chirigota del Canijo y se centró exclusivamente en su agrupación hasta día de hoy.
¿Cómo han sido los meses de ensayo?
–Para mí han sido complicados porque tengo un trabajo que me exige viajar y estar tiempo fuera, pero es verdad que el grupo ha ensayado solo muy bien, ha plasmado perfectamente en los ensayos lo que yo quería. En esa faceta Ale de Huelva afina la comparsa cuando yo no estoy, y Joselu, otro componente, también ayuda con los coros. Los guitarras han sacado sus cositas, son muy trabajadores, pese a lo difícil de mi situación personal, el grupo ha hecho que sea fácil.
¿Qué aspiraciones tiene la agrupación para este COAC?
–Es muy difícil hablar de aspiraciones sin que la comparsa actúe. Te puedo hablar de mi deseo, que es ver por fin una final, pero eso tampoco depende de nosotros. Uno llega muchas veces con una idea al Falla y se te puede trastocar para bien o para mal, por eso no me gusta hablar antes de actuar de las aspiraciones y porque uno tiene una cosa en la cabeza y luego en el teatro coge otro camino. Así que mi mayor deseo es que el grupo disfrute y que no transmita esa competitividad que algunas veces se puede ver, porque creo que va en contra de la propia obra en sí.
¿Qué te parece el modelo de concurso actual?
–Me gusta que el concurso tenga cuatro fases, es bueno para desplegar letras y ahí se ve a los autores que tienen un recorrido, pero sí que le daría una vuelta al filtro del Falla. El concurso se está eternizando, sé que es impopular decir esto, pero creo que al final se pierde más esencia, pierde más calidad. Lo que es más o menos bueno se diluye y sobre todo hay un concurso eterno. Ahora con seis agrupaciones por día termina antes una preliminar de adultos que una semifinal infantil, eso es inconcebible.
¿Cómo ves este año la modalidad de la comparsa?
–La veo dispar, veo cosas con mucha calidad y otras que no tanto, veo un salto grande. Creo que se está demostrando al final que cantidad de agrupaciones no es sinónimo de calidad y esto va relacionado con la vueltecita que creo que habría que darle al concurso. Me faltan originalidad y caminos diferentes, creo que en el Falla funciona mucho el efecto y ese camino se sigue a rajatabla.
Desde Los comparsistas se la dan de artistas, no sales con tu amigo José Otero ¿Cómo fue la incorporación?
–Fue idea del grupo. José venía de director con Tino Tovar, de ganar muchos premios, pero se ha adaptado perfectamente y nos ha aportado ese punto de experiencia que yo creo que es necesario, de madurez. Es importante tener contrapeso de ese tipo en la comparsa. No deja de ser un componente dinámico porque es de mi misma quinta, pero tiene un peso y una trayectoria muy grande, a la hora de valorar caminos. Creo que es un contrapunto que suma muchísimo a la hora de hacer el repertorio.
¿Tienes presión por conseguir tu primera final?
–Tengo una espinita, pero presión no. Sigo haciendo la comparsa que creo que tengo que hacer, que es la que después me hace sentir orgulloso. Cuando he intentado ir más a competir al final he hecho una comparsa que ni ha terminado compitiendo ni me ha terminado enamorando y eso es un error que espero no volver a cometer. Me encantaría darles a muchos componentes de mi comparsa una final, sobre todo a los que llevan más tiempo sufriendo este camino en ese sentido, pero no es una presión especial. Tengo presión por hacer una comparsa de calidad, lo demás no depende de nosotros.
¿Crees que la posición del año pasado según el jurado oficial corresponde con la percepción del público y la prensa?
–Evidentemente no. Llevo muchos años saliendo y componiendo y hay termómetros que te ayudan a pensar al final cuando haces balance de si la agrupación ha calado o no. Hay años que no conectas, hay años que pasas indiferente y desapercibido, que es lo peor que le puede pasar a una agrupación y a mí me ha pasado mucho. Pero hay otras veces que no, que la agrupación conecta, que mucha gente se siente identificada, que lo hace banda sonora de algún momento de su vida y eso nos pasó el año pasado. En cuanto a la prensa, obtuvimos un respaldo mayoritario, pero después hubo una gran diferencia... y ya dije todo lo que pensaba.