Una de las cofradías insignes de la Semana Santa gaditana, la Sagrada Cena, volvió a deleitar un año más a los cofrades de la ciudad desde la salida del único paso del cortejo, que volvía a estar acompañado, una década después, por una agrupación musical: la del Santísimo Cristo de la Clemencia de Jerez.
En el capítulo de estrenos destaca el nuevo simpecado de la cofradía, de origen francés, que perteneció a la Congregación de la Santa Unión de los Sagrados Corazones. El motivo central de esta pieza datada en el siglo XIX es el Inmaculado Corazón de María. Los ropajes que lo acompañan son de terciopelo de Lyon y Tisú y la cara de la imagen, las manos y los pies son pintados en lienzo.
Con la salida de Jesús del Milagro la calle Sopranis se convirtió, a las seis de la tarde, en un reguero de penitentes con túnicas blancas y cirios rojos que precedían a un imponente misterio que navegaba, majestuoso, por las calles de Cádiz con el señorío de quien lleva casi un cuarto de siglo haciéndolo.