Pocas veces la complicidad de un artista con su público quedó tan clara sobre un escenario como ocurrió en la noche del pasado viernes en el Palacio de Congresos de La Línea. El malagueño Pablo López, que colgó días antes el cartel de ‘No hay billetes’ en la plaza linense asegurándose con ello un ambiente inmejorable, derrochó talento, pasión y energía a raudales ante un público que se mostró entregado a su causa desde el minuto uno.
Pablo López venía a presentar los temas de su más reciente trabajo discográfico, ‘El mundo y los amantes inocentes’, con canciones como ‘Tu enemigo’ y ‘El mundo’ que coreaban con fuerza las más de un millar de gargantas que llenaron el escenario de La Línea ante un artista emocionado y agradecido que en varios momentos de la noche llegó a quedarse sin palabras. No faltaron tampoco éxitos de su primer trabajo discográfico, ‘Once historias y un piano’.
La emoción del público fue máxima también en temas como ‘Lo saben mis zapatos’, nominada por el artista como uno de los temas que más dice de él, y que, por unos momentos, llegó a cantar ‘a capella’ entregando su alma por completo a unos entregadísimos seguidores.
López no escatimó en agradecimientos, tanto al público que ocupaba las butacas como al extraordinario equipo musical que le acompaña en esta gira, especialmente a su hermano, quien es su mayor embajador y cómplice en estos dulces momentos que vive el cantautor de 32 años. También recordó lo unido que está a La Línea, y, en general, al Campo de Gibraltar, donde el cantautor tiene familia y ha compartido experiencias con sus amigos.
Llegado el momento de decir adiós, con una apoteósica interpretación de su tema ‘El Mundo’ –aún más popular por formar parte de la música de la banda sonora de la serie de televisión ‘El Príncipe’- Pablo López quiso inmortalizar la magnífica experiencia vivida en La Línea con una fotografía que recogiese a los músicos y, de fondo, al abarrotado Palacio de Congresos. De allí, tras el derroche de energía a lo largo de hora y media de espectacular concierto, salió rumbo a Cádiz, donde tenía previstas dos sesiones en días consecutivos en el Gran Teatro Falla de la capital gaditana. Allí se llevó también los corazones de los linenses y de las personas que, llegadas desde rincones tan insólitos como Puerto Rico, le acompañaron en el inolvidable recital dado en la ciudad campogibraltareña.