El joven acusado de un delito de asesinato con alevosía al atropellar con un vehículo a otro hombre supuestamente por celos en la barriada del Sector Sur, en la capital cordobesa, en marzo de 2011, ha declarado este lunes en el juicio que no lo vio y no tuvo tiempo para poder reaccionar y frenar antes de que ocurrieran los hechos.
Durante la sesión de este lunes en la vista oral con jurado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba, que se retoma este martes con testigos, el procesado ha explicado que él estaba buscando con el coche a su pareja en el barrio, mirando a un lado y otro de las calles, y "de golpe y porrazo" lo tenía encima al otro hombre.
En este sentido, ha defendido que no pudo frenar porque no lo vio, sino que se lo encontró y ya no le dio tiempo, según su relato, al tiempo que ha precisado que posteriormente dio marcha atrás con el coche para ver qué había pasado y vio que "estaba mal", momento en el que se asustó y se marchó, ha apuntado el acusado, quien dice que nunca ha sido celoso.
Mientras, el fiscal ha manifestado ante el jurado que "la muerte se hizo queriendo", con la "indefensión" de la víctima en este suceso, en el que "existió sorpresa", porque el otro hombre "no lo esperaba", motivo por el que defiende la aplicación de la alevosía, y considera que la causa fueron "los celos". El fiscal pide para él una pena de 18 años de prisión.
Por su parte, la acusación particular ha destacado en las alegaciones previas que el acusado "mató intencionadamente" al varón y, por tanto, "fue provocado". En concreto, solicita para el procesado 20 años de cárcel, y la defensa, la absolución. El juicio continúa este martes con las testificales y en días posteriores las periciales, de manera que se prevé que pasen por la sala más de 20 personas.
LOS HECHOS
Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado estuvo junto a su pareja el día 5 de marzo de 2011 y esa noche, según el fiscal, se originó una discusión entre ambos. Posteriormente, a primeras horas de la madrugada del día 6 se trasladaron en el coche de la mujer al citado barrio.
Tras llegar al Sector Sur, se produjo una nueva discusión y ambos se bajaron del vehículo que conducía él, momento en el que ella se dirigió hacia el interior de la barriada, mientras la seguía el acusado, quien al cabo de un rato, regresó él solo hasta el lugar donde había dejado aparcado el coche, se montó y abandonó el lugar.
Entretanto, la mujer entabló conversación con otro hombre que estaba en el lugar y juntos se dirigieron hacia la carretera de Castro, donde permanecieron charlando sobre el acerado de la vía. En un momento dado, vieron aparecer por la calle Fray Juan de Ávila al procesado con el coche, quien, a su vez, vio a su pareja hablando con el hombre, momento en el que "movido por los celos, aceleró la marcha y se dirigió a gran velocidad hacia donde ellos se encontraban".
Mientras, el hombre que veía venir desde lejos el coche "se bajó de la acera y comenzó a hacer gestos al vehículo para que parase", confiando en que eso iba a ocurrir, si bien el acusado "lejos de frenar, con intención de atropellar y dar muerte a aquél, se cambió al carril izquierdo, incrementó aún más la velocidad y dirigió el vehículo directamente hacía él".
Así, el varón, "sorprendido por la maniobra", intentó esquivar la embestida desplazándose hacia su izquierda, hacia el centro de la carretera, quedando entonces a merced del procesado, quien para "consumar su propósito, giró el volante en su busca y lo atropelló mortalmente, quedando el cuerpo tendido sobre la calzada", según apunta el fiscal.
Además, relata que el acusado continuó su marcha hasta un semáforo próximo donde detuvo el coche y comenzó a circular marcha atrás hasta llegar a la altura del cuerpo. "Abrió la puerta, miró con frialdad el cadáver y, sin apearse, reanudó la marcha y abandonó el lugar", al igual que la mujer, que se fue a pie. Mientras, unos empleados de la empresa Sadeco-Cáritas que se encontraban en el lugar, intentaron socorrer al atropellado.