La Real Sociedad sumó tres puntos ante el Valencia en Mestalla en un partido en el que no necesitó más que orden en el juego y acierto en los momentos clave para doblegar a un rival sin alma, que sólo estuvo a la altura del encuentro durante los primeros minutos.
Al orden y el acierto añadió el equipo visitante el rendimiento y la intensidad de sus jugadores, que hicieron un fútbol sencillo, práctico y de calidad con el que dejaron sin argumentos a un Valencia espeso, con muy pocas ideas y con una pobreza futbolística absoluta.
Pese a ello, en los primeros minutos, el Valencia fue protagonista ante un rival que supo mantener el orden e impedir que las aproximaciones locales a su portería llevaran peligro, aunque en el minuto 14 un cabezazo de Jonas acabó en gol, pero el árbitro consideró que había cometido falta.
El partido se equilibró a medida que pasaban los minutos y aunque la Real Sociedad no llegaba con peligro a la meta local, el conjunto valencianista ya no entraba con la fuerza con la que lo hizo, sobre todo por la banda derecha durante los primeros minutos en acciones de Joao Pereira y Feghouli.
El Valencia se topaba con la defensa de la Real cuando trataba de penetrar por el centro o malograba sus contragolpes por falta de velocidad o por lanzar a puerta desde demasiado lejos.
Cada equipo reclamó un penalti en los minutos finales de la primera parte, cuando ya la Real salía cada vez con más facilidad al contragolpe.
Entonces, cuando las fuerzas estaban niveladas en el juego, un ataque visitante permitió que Griezmann hiciera el 0-1 a pocos minutos del descanso, antes de que Agirretxe desperdiciara una clara ocasión para que la primera mitad acabara con ventaja visitante por 0-2.
La segunda parte empezó como acabó la primera, con una buena oportunidad para el equipo donostiarra, malograda también por Agirretxe, lo que dio paso a una fase del partido de dominio territorial local y de control futbolístico visitante.
Durante algunos minutos, el Valencia sometió a su rival a un dominio tan intenso como ineficaz, sin crear opciones de gol ante un equipo que, cuando recuperaba el balón, era capaz de inquietar a la contra al conjunto local.
En una de esas salidas, tras una pérdida de balón del Valencia en defensa, un gran disparo de Pardo puso el 0-2 en el marcador (m.58) y el partido completamente de cara para su equipo.
Aunque a medida que pasaban los minutos se jugaba cada vez más cerca de la portería de Bravo, el equipo local no transmitía sensaciones de peligro, mientras que la Real manejaba cada vez con comodidad los ritmos del encuentro.
El partido se convirtió en una larga posesión de balón del Valencia, que nunca estuvo acompañada de ocasiones de gol.
Sólo en los últimos minutos, con la entrada de Parejo por Banega en el centro del campo, el Valencia vio un poco de luz en su túnel particular, aunque insuficiente para nivelar el encuentro, ya que el gol de Pabón llegó en el tercer minuto de la prolongación y tras el tanto los locales ya no tuvieron opciones.
