Esta semana, el belén se ha hecho más vivo que nunca. Y es que los mayores de la Unidad de Estancia Diurna San Juan han querido revivir, por cuarto año consecutivo, un belén viviente.
Así, y con toda la imaginación, esfuerzo y creatividad posible, estos mayores han recreado, en su pequeño espacio todas aquellas figuras tradicionales que podemos encontrar en un belén. Desde el pesebre con la mula y el buey y donde, indudablemente podemos encontrar a la Virgen, San José, el niño y la estrella de oriente, se suman los tres Reyes Magos de Oriente, los pastores, una vendedora de hortalizas, una panadera y un alfarero.
Todo ello, en un marco singular en el que llevan trabajando dos semanas. “Todo lo han hecho los mayores, con nuestra ayuda, y como podemos ver es todo artesanal, con productos reciclados, y el que no podía cortar, pues pintaba, pero todos, absolutamente todos han colaborado en algo”, explica Ana, una de las monitoras que trabaja en este centro.
Los disfraces, por su parte, se han elaborado con la ayuda de sus familiares. “Por ejemplo, nuestra María de este año, que tenía muchas ganas de ser la Virgen, le han hecho dos modelitos para que pueda cambiar”, cuenta Ana.
Un belén que ha contado con visitas de distintos centros de la ciudad, siendo más de 300 niños los que han acudido, y que ha recibido, además, una visita muy especial. “El lunes tuvimos la visita del programa de Juan y Medio, y ellos disfrutaron mucho y se lo pasaron muy bien, aunque la verdad es que terminaron muy cansados también”, comentan.
Sin embargo, no es la única festividad que estos mayores celebran, ya que en Carnavales, Feria y Semana Santa también hacen de las suyas. “En Semana Santa sacamos un pasito, y las mujeres se visten de mantilla, es todo un espectáculo”.
Actividades que a estos mayores de entre 69 a 95 años les encantan y que, sobre todo, les siguen dando mucha vida.
