La semana que hoy se cierra ha conseguido vislumbrar aspectos hasta ahora ocultos o no dados al sentido que empieza a tener con el nuevo plantel y nuevo equipo de Gobierno que acoge el Consistorio portuense. Una realidad que es la que es. Un Gobierno local en minoría y una oposición que ya ha mostrado sus cartas ante lo que aún está por llegar. Menos piezas y menos luz en el túnel que se encamina y reabre en esta nueva etapa.
Tres años para que venza la legislatura y con demasiadas cuestiones que deben ser acogidas y resueltas de las mejores de las maneras. El panorama que se presenta es claro: la oposición tiene más concejales que el propio Gobierno, cuestión compleja para el que necesita de apoyos para sacar adelante su Pacto Programa Progresista. Una encrucijada en toda regla.
El esfuerzo ahora es máximo, casi triplicar lo que ha sido hasta entonces cualquier carga en cada Concejalía. Casi todos los ediles tienen al menos tres Áreas a sus espaldas. Demasiada responsabilidad y demasiado compromiso el que deben asumir.
Ya el pasado 17 de junio en estas mismas páginas titulaba “David de la Encina solo ante el peligro”. Poco o nada ha variado el tema desde entonces.
Pacto, pero sin quemarme
De entre todas las nuevas designaciones, otra vez, llama poderosamente la atención el compromiso de unos y otros. El reparto de una parte y de otra, al igual que las retribuciones son diferentes, el nuevo organigrama ha sido casi a la carta. De 1ª y de 2ª.
Dicho de otra manera, el PSOE acumula el mayor peso de todas las Áreas, las de auténtica carga y dedicación.
Economía, Seguridad o Bienestar Social serán exclusivas de los socialistas. Un pacto asegurado, según estos, pero con matices. De ahí que el líder de IU, Antonio Fernández, asegure sin titubear que el pacto continuará “hasta las próximas elecciones” y que su compromiso seguirá a lo largo de los años. Cierto, pero no lo es menos que las Áreas más sensibles no han sido asumidas por estos.
Ni las más sociales ni las de calado importantes y determinantes. Durante las negociaciones ya se dejó meridianamente claro que Bienestar Social -más que nunca en el ojo del huracán por los meses de impagos-, por ejemplo, no tendría cabida en la formación izquierdista. En esta nueva reestructuración se le suma Playas, Deportes y Vivienda.
Un acuerdo, eso sí, pero condicionado a sus exigencias.
Y tras ello, y tras anunciar el primer edil que era “hora de hacer política de verdad”, ya se elabora la redacción de los Presupuestos Municipales de 2017.
A principios de este mes de julio el alcalde daba instrucciones a través de una circular dirigida al equipo de Gobierno, al personal técnico de las distintas Áreas municipales y a las empresas municipales para comenzar ya con los trámites necesarios de cara a la presentación de propuestas para la elaboración de las cuentas municipales del ejercicio 2017.
Dichas propuestas deberán ser elaboradas y remitidas a Intervención-Control Presupuestario antes del día 31 de julio de 2016, tal y como ha indicado el alcalde en la citada circular. David de la Encina ha puesto en valor “la capacidad y el afán de este Gobierno, optimizando y aprovechando los recursos municipales, por sacar adelante nuestra ciudad y el trabajo de la administración”, afirma el alcalde.
Más allá de participaciones y demás prestaciones vecinales y metodologías innovadoras, el Presupuesto, el real, deberá ser aprobado en el Pleno por todas las fuerzas políticas en mayoría. Piedra de toque importante que deberán conseguir para convencer a todos.
Luego será el Ministerio de Economía y Hacienda el que “participe” y dé su conformidad a todo lo realizado.
Una coalición PP-PSOE, en el aire
Y en el fondo de toda la cuestión, hay unas intenciones y unas propuestas que por más descabelladas que pudieran sonar, existen y se encaminan a que se pudieran dar. Se trata de una coalición PP-PSOE. ¿Imposible? Nada en política es imposible de dar. Voluntades e intereses, llanamente. El propio portavoz del Partido Popular en El Puerto, Germán Beardo, ya ha insistido en ello.
Y no una, sino varias veces. La propuesta popular viene dada y ofrecida de antemano. Ya lo hizo minutos después del cese de Levantemos como socio de Gobierno. Sin duda alguna, la jugada, el partido definitivo se juega a muchos kilómetros de Peral: en La Moncloa. De lo que allí se determine será o servirá de perfecta justificación y acomodo a un posible pacto entre dos partidos que se necesitan más que nunca para gobernar.
