“Hemos decidido suspender la participación de Guinea, de acuerdo con al Acto Constitutivo de la Unión Africana y la Declaración de Lome de julio del 2000 sobre los cambios de gobierno anticonstitucionales”, aseguró esa institución en un comunicado.
El Consejo de la Unión Africana también ha querido reiterar su “firme condena contra el golpe de Estado de Guinea, que es una flagrante violación de la Constitución de Guinea y de los órganos instrumentales de la UA”.
El pasado 23 de diciembre, el Ejército de Guinea Conakry anunció la disolución del Gobierno, las Cortes y el Parlamento, así como la suspensión de la Constitución, pocas horas después de la muerte del presidente del país, Lansana Conté, que ejerció el poder los últimos 24 años.
La junta militar que dio el golpe de Estado dijo actuar por “la situación económica catastrófica sin precedentes que vive Guinea Conakry y la profunda desesperanza de la población, consecuencia de la anarquía en el seno del aparato estatal”.
Los militares prometieron hace una semana que convocarían en diciembre de 2010 unas “elecciones libres, creíbles y transparentes”y aseguraron que su única preocupación es la de “salvaguardar la integridad territorial”.
A pesar de que la comunidad internacional, a excepción de Senegal, ha condenado unánimemente el golpe de Estado, los militares parecen asentarse en el poder después de degradar el pasado domingo a todos los generales del Ejército.
Según un comunicado oficial, la decisión de la junta militar alcanza a todos los altos mandos de las fuerzas armadas, incluyendo a los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, así como a los responsables de la seguridad estatal.
El portavoz de los golpistas, el capitán Moussa Dadis Camara, acusó a los generales del Ejército de corrupción y complicidad con el anterior régimen.