De los 900 millones que posee Banca Cívica en participaciones preferentes, ha anunciado que canjeará 700 millones que vendieron las cuatro cajas que la componen (Cajasol, Navarra, Burgos y Canarias), lo que supone un 73% del capital de la entidad. La opción que barajan, canjearlas por bonos convertibles en acciones, provocará una ampliación accionarial, como ha sucedido en el Santander, que diluirá la participación de los actuales accionistas, porque el pastel se habrá dividido en más porciones.
Si la capitalización bursátil de Banca Cívica asciende a 1.100 millones, el 16% que actualmente posee Cajasol se vería reducido en un 37%, quedando en un 6% del total del capital accionarial si se canjean todas las preferentes por acciones. La opción de La Caixa, la de canjear un 70% en deuda subordinada, aporta menos peligro de disminución del capital relativo, pero la desconfianza hacia Cajasol hacen arriesgada la opción.
Y si la participación accionarial es menor, también lo serán en dividendos. De un hipotético beneficio de 200 millones (los estimados para 2011), del 16% actual -32 millones- a Cajasol le quedarían ahora 12, un beneficio del que se nutre directamente la Obra Social de la entidad.
Los problemas que han generado las preferentes en las entidades y la necesidad de ampliaciones de capital que pueden requerir han obligado al Gobierno a modificar el límite de participación de cada caja en el banco-sip para seguir existiendo y no convertirse en fundación, del 50 al 25%, un límite peligroso si se tiene en cuenta los efectos del canje de las preferentes.
Hoy, reunión en Banca Cívica
Los sindicatos mantienen su rechazo a cualquier negociación del plan laboral en Banca Cívica si la dirección mantiene encima de la mesa la propuesta de despidos ya planteados.
