Las principales calles de Gaza capital están llenas de tráfico, las tiendas abiertas y docenas de empleados municipales limpian, retiran escombros y recuperan infraestructuras para que la población pueda volver a sus tareas diarias.
Hoy será el primer viernes (día sagrado musulmán) tras los 22 días de ataques israelíes y el sábado comenzarán de nuevo a funcionar las escuelas, muchas de las cuales han servido en las últimas semanas de refugio para los que tuvieron que abandonar sus hogares ante el avance de los tanques israelíes.
En el hospital de Shifa, el principal de la capital, los enfermos se recuperan de sus heridas, aunque a muchos les queda por delante un largo periodo de rehabilitación y la ardua tarea de aprender a vivir sin un brazo, una pierna, o con otras secuelas de la violencia.
“El cincuenta por ciento de los muertos y heridos son civiles, y el resto agentes de policía o milicianos”, explicó a la agencia Efe Moaweya Hasanein, jefe de los servicios de emergencia en Gaza, quien precisó que más de 1.400 palestinos han muerto y 5.500 han sufrido heridas en los 22 días de horror.