Daniel Fernández Aceña, el exmiembro del GAL detenido el pasado martes en Segovia por yihadismo y que declara hoy ante la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, ha pedido que le asista en la declaración el abogado José Emilio Rodríguez Menéndez, según han informado a Efe fuentes jurídicas.
No es la primera ocasión en que este polémico abogado representa a un sicario de los GAL, ya que en los años 90 defendió a Juan José Rodríguez Díaz, "el francés", condenado por la muerte del dirigente de Herri Batasuna, Santiago Brouard, por suministrar las armas para el crimen.
Actualmente, tras retomar su carrera después de protagonizar rocambolescas huidas de España para eludir la prisión, está personado en la causa en la que se investigan las presuntas extorsiones del presidente de Ausbanc, Luis Pineda, y el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, para retirar acusaciones, entre ellas la de la infanta Cristina en el caso Nóos, a cambio de favores económicos o de otra índole.
De este modo, Rodríguez Menéndez pasará a defender a este exmiembro del GAL supuestamente reconvertido en un peligroso "lobo solitario" y que habría manifestado la posibilidad de inmolarse en un medio de transporte público o de atentar mediante "dos o tres tiros en la nuca", según fuentes de la investigación.
Rodríguez Menéndez saltó a la fama en la década de los 90 por llevar casos muy mediáticos como el de los policías condenados por la desaparición de Santiago Corella, "Nani"; el de Nieves Soldevilla, más conocida por la "Dulce Neus"; o el del "Dioni".
En 1999 resultó gravemente herido al recibir un disparo cuando llegaba a su domicilio de Las Rozas (Madrid) -hecho por el que fue condenada su entonces esposa, Laura Fernández, a 11 años de cárcel por planear asesinar a su marido- y comenzó a encadenar él también condenas por delitos fiscales y de otro tipo.
Una de ellas por la publicación en 1998 en el diario Ya, del que era presidente-editor, de fotogramas de un vídeo sexual, donde aparecía el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez.
Para evitar entrar en prisión por esa última condena, huyó a Buenos Aires (Argentina). Tenía abiertas dos órdenes de ingreso en prisión por cuatro delitos fiscales y por revelación de secretos, y tenía que cumplir dos condenas que totalizaban nueve años y medio de cárcel.
Finalmente fue detenido en 2006 en Fuentes de Oñoro (Salamanca) tras huir del aeropuerto de Lisboa cuando agentes portugueses intentaron identificarle.
En un permiso penitenciario en 2008, Rodríguez volvió a huir de España y se trasladó de nuevo a Argentina. Fue allí detenido mientras se tramitaba su extradición, pero finalmente pudo regresar por su propio pie a España y en 2014 anunció su vuelta a la abogacía.