Detenido por apuñalar por la espalda y matar a su expareja en Palos de la Frontera

Un hombre de 30 años y nacionalidad maliense ha sido detenido esta madrugada en Palos de la Frontera después de que presuntamente asestara una puñalada por la espalda a la que durante 3 años fue su pareja sentimental, una mujer rumana de 34, que resultó ser mortal.

La mujer, que había sido objeto de coacciones durante el período de una relación que había acabado hace pocos meses, según ha precisado la subdelegada del Gobierno en Huelva, Manuela Parralo, venía siendo acosada por parte del agresor después de que ella declinara la petición de él de ir a vivir juntos.

"Este mismo martes tenía pensado denunciar la situación ante las fuerzas policiales", ha apuntado el alcalde de la localidad, Carmelo Romero.

Confirmada ya por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género la naturaleza machista de esta muerte, que aumenta el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año en España a 12 -cinco de ellas en Andalucía- y a 1.196 desde 2003, se está a la espera de que el detenido, que se encuentra en el cuartel de la Guardia Civil de Moguer, pase a disposición judicial una vez la Guardia Civil concluya la instrucción de las diligencias.

Los hechos han tenido lugar sobre las 1.10 horas de este martes, momento en el que una llamada a la Policía Local de Palos alertaba de un apuñalamiento a una persona en una finca agrícola en la zona de Las Arenillas, dándose aviso a la Guardia Civil.

Una vez en el lugar, los agentes de ambos cuerpos policiales se encontraron a una mujer con un puñal clavado en la espalda; dieron aviso a los servicios sanitarios de emergencias que a su llegada no pudieron más que certificar su fallecimiento.

De la primeras indagatorias e investigaciones realizadas por los agentes en el lugar, recabando testimonios de las compañeras de la fallecida, algunas testigos de lo sucedido, identificaron al que fuera la expareja sentimental de la mujer durante tres años como autor de los hechos, por los que fue detenido poco después.

Tanto la víctima como el agresor trabajaban en la recolección de los frutos rojos, aunque en fincas diferentes, y vivían en la localidad; él en una vivienda en la calle Reyes Católicos y ella en la finca en la que trabaja junto a un grupo de compañeras en la que ha perdido la vida.