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Jueves 14/11/2024
 
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Huelva

“El 90% de los directores de banco no conocen lo que están vendiendo"

Antonio Olaya, abogado y delegado de Ausbanc en Huelva

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  • Antonio Olaya -

Después de 16 años como director de una entidad bancaria, este abogado puntaumbrieño decide pasar al otro lado e iniciar un trabajo dirigido a la defensa de aquellas personas que sufren algún tipo de abuso bancario. Desde noviembre de 2010 es el delegado en Huelva de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc), donde cada día atiende a  numerosos afectados. Él lo tiene claro: “Cuando entra una persona muy afectada a mi despacho, se tranquiliza al decirle que a partir de ahora el problema lo tiene el banco”.

¿Qué pasa para que un director de banco durante 16 años comience una cruzada contra los bancos?
–Que me caigo del caballo como San Pablo (Risas). Pasó que salí de la entidad en la que estaba por diferencias y problemas con la dirección de la entidad, y me pregunté qué puedo hacer yo para aprovechar mis conocimientos. Soy abogado y tengo conocimientos de banca. Pues me voy a dedicar a abogado contra la banca, algo que además en Huelva no había.

¿Se puede entender como una venganza?
–No, para nada. Es una forma de salida hacia adelante. No tengo ningún ánimo de venganza. Sí es verdad que siempre he estado en contra de la política cortoplazista de los bancos. Yo no comía de la mano de mi jefe y siempre estaba discutiendo por la política que llevaba. Se buscaba el beneficio a corto plazo y colocarles productos a los clientes, y mi idea de banca era otra. Yo quería darle el mejor servicio posible a los clientes al menos coste porque eso a la larga es el beneficio de la banca. Pero en la banca lo que se mide es el corto plazo, colocarle productos al cliente que firme una hipoteca, y se lo tienes que colocar le encaje o no le encaje, y para mí eso  no podía ser. Y siempre estaba en contra de eso, lo que me llevó a tener muchas discusiones con los superiores, y eso me llevó a acabar saliendo de la entidad.

¿La relación de asociaciones como la que usted lleva aquí en Huelva con los bancos se puede equiparar a la de patronal y sindicatos?
–Pudiera ser, pero nosotros somos totalmente independientes. Ausbanc  no tiene compromiso con nadie. Hay otras que está politizadas y viven de subvenciones, pero nosotros nos subvencionamos con las cuotas de asociados y con los pleitos que ganamos. Tenemos una absoluta libertad y me meto con quien me tenga que meter.

Su labor tendrá problemas y satisfacciones...
–No me da muchos problemas, de momento. Yo sé que nuestra labor es molesta para la banca porque estamos denunciando muchos hechos que son hasta estafa, y eso es incómodo para el que tiene el poder, y sé que en cualquier momento me pueden buscar las cosquillas. La satisfacción que me da es que aquí entran un montón de personas que vienen derrotados, con depresión con el tema, por ejemplo, de las participaciones preferentes, y sobre todo de gente que no puede pagar la hipoteca, que están en el paro con hipotecas de 800 euros y les digo no te preocupes porque desde que has entrado aquí el problema no lo tienes tú, lo tiene el banco. Mira, actualmente con el tema de la famosa cláusula suelo, yo animo a la gente a que la denuncie, y al poner la demanda cuando venga la ejecución de la casa, la paramos porque yo te he demandado antes porque me estás cobrando intereses que son usureros, más de lo que habíamos pactado, y hasta que no se resuelva ese pleito no se puede continuar, y te puedes llevar dos o tres años sin pagar nada... Te pongo este ejemplo para que entiendas que hay muchas soluciones para la gente.

¿Cuántos casos aproximadamente estáis trabajando ahora en Huelva?
–Con el tema de las preferentes, desde primeros de año hasta ahora he atendido a unos 200 afectados. Eso ha hecho que se asocien aproximadamente un 30%, y tenemos expedientes para poner más de 40 demandas. De cláusula suelo, tenemos interpuestas más de 40 demandas y es raro el día que no me llama alguien relacionado con este asunto. De permutas financieras y swap, también tenemos más de 20 demandas interpuestas, y muchas resoluciones favorables, tenemos una sentencia de swap recurrida al Supremo...

¿Se puede definir algún perfil de los afectados?
–Sí, está muy claro. En las participaciones preferentes, personas mayores de 60 años sin conocimientos financieros y que cogen el ahorro de toda la vida, lo meten en un plazo fijo para su jubilación y en el banco le dicen mira que hay un producto muy bueno... Ese tipo de personas se fía mucho del director del banco, y se aprovechan de eso para engañarlos.

Cayo Lara dijo el otro día que España necesita la imagen de un banquero en la cárcel, ¿está usted de acuerdo?
–Un banquero tendrá que ir a la cárcel si tiene que ir, pero no uno, a lo mejor tienen  que ir 10 ó 40, pero no porque tenga que ir un banquero a la cárcel, sino habrá que analizar los casos y si alguno ha cometido un delito que tenga que pagar con pena de prisión que lo haga. Hay que imponer sanciones a las conductas que sean nocivas y que rompan las reglas del juego. Si ha habido banqueros que han estafado y es un delito, que lo paguen.

¿En Huelva hay algún banquero que cree usted que debería ir a la cárcel?
–No lo sé. A ver. Yo salgo siempre en defensa del director de la oficina, porque es un empleado y al que le pegan todas las tortas. Se la pegan los clientes porque son los que se quejan, y se la pegan los jefes porque son los que presionan para que vendan los productos. Es la figura dentro de la banca más comprometida y más pringada porque le pegan tortazos por  todos lados. Más que a los directores, a los que hay que poner sanciones duras son a los directivos de la banca, los que están por encima, los que obligan a las oficinas a que coloquen determinados productos.  A un director de oficina le dicen desde arriba que empiece a disparar y si no dispara, le pegan el tiro a él. El 90% de los directores no conocen lo que están vendiendo. A la banca no le interesa que haya gente lista y preparada dentro. No quieren gente que sepa, quieren gente que agachen la cabeza, le peguen el ‘cosqui’ y hagan lo que les digan. Ni siquiera se encarga de formar a los directores, porque no le interesan que sepan. Las sanciones no deberían ir a el director de una sucursal, sino a la entidad financiera.

Si yo le robo a usted en su casa, no pago solamente devolviéndole lo que le he robado, pero por las sentencias que hasta ahora se conocen contra los bancos, pagan devolviendo el dinero y ya está...
–Porque tendríamos que ir por la vía penal y no por la vía civil. Una irregularidad civil lo que obliga es a devolver la cantidad, no es delito. En la gran mayoría de los casos, no se denuncia estafa, sino una reclamación de cantidades. Vuelvo a repetir que hay que imponer más sanciones a los incumplimientos de contrato por parte de la banca, que sea más fácil acceder a la vía penal.

Después del revuelo social y mediático creado por las preferentes, ¿la gente ha aprendido?
–Sí , pero no del todo. Yo tengo dos casos de gente a la que le han colocado preferentes en 2011. Ahí sí se puede decir que el director actuó malamente, porque si tú en 2011 le colocas a un cliente participaciones preferentes es que tú tienes mala idea.

¿Qué consejos daría a la gente que siga sufriendo abusos bancarios?
–Que demanden, que confíen en abogados especialistas en la materia, que ejerzan acciones judiciales individuales y no colectivas porque cada caso es un mundo y cada expediente tiene su peculiaridad y que se busquen un asesor externo al banco, que no se fien del banco, costumbre muy hispana la de confiar en el director del banco. No puede ser. Los directores que buscaban el beneficio del cliente como Antonio Olaya no pueden estar en la banca. El escritor onubense Manuel Flores Caballero, en su libro ‘La gran crisis financiera internacional del siglo XXI’, utiliza una reflexión de Mario Vargas Llosa que creo que resume todo lo que está pasando perfectamente: “La reciente crisis financiera internacional, que ha hecho tambalear a todo occidente, tiene como origen la codicia desenfrenada de banqueros, inversores y financistas que, cegados por la sed de multiplicar sus ingresos, violentaron el mercado, engañaron, estafaron y precipitaron un cataclismo económico que ha arruinado a millones de gentes en el mundo”.

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