La Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha culminado con éxito la adopción de un pollo de búho real, recogido por error por un ciudadano en Lepe (Huelva), por parte de una pareja de adultos que anida en Villanueva de las Cruces (Huelva) con otras dos crías.
Hay que evitar coger pollos de nidos que se encuentran sobre el terreno pensando que se han caído de los árbolesAgentes de medio ambiente de la Junta de Andalucía llevaron el ejemplar hace 10 días al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas y de Gestión del Medio Marino Andaluz (CREA-CEGMA) "Marismas del Odiel", ha informado hoy la administración autonómica en un comunicado.
Habían recibido el aviso de la Guardia Civil de Lepe después de que un ciudadano recogiera el búho real por error en este municipio y lo entregara en el cuartel de la Benemérita.
"Hay que evitar coger pollos de nidos que se encuentran sobre el terreno pensando que se han caído de los árboles. Muchas especies anidan en el suelo y durante la primavera se dan muchos casos de este tipo. Debemos de ser conscientes de esta improcedencia", ha alertado la delegada territorial, Rocío Jiménez, quien participó del traslado del pollo recuperado a su nuevo nido, en una ladera junto al río Oraque.
Los expertos determinaron días antes que la adopción era la solución más adecuada dadas las características de la especie y el perfil del ejemplar.
Rocío Jiménez ha estado acompañada en la actuación por el director conservador del Paraje Natural Marismas del Odiel, Enrique Martínez, y el ornitólogo y anillador José Manuel Sayago, gran conocedor de la zona y de la colonia de búhos reales en la provincia de Huelva.
El pollo adoptado, que presenta un buen estado, estuvo durante una semana en el CREA de Marismas del Odiel y respondió de forma positiva a todas las pruebas realizadas por la veterinaria del centro, Clara León.
El búho real está incluido en el Listado Andaluz de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y se trata de la mayor rapaz nocturna de la Península Ibérica.
Puede alcanzar hasta los 45 centímetros de longitud y sus tonalidades pardas y negras, junto a su vuelo silencioso, le permiten un camuflaje perfecto.
Habita en zonas boscosas y cantiles, donde aprovecha los huecos para realizar su nido, pero utiliza parajes abiertos para cazar todo tipo de presas, desde lagartos hasta córvidos.