La Junta de Andalucía ha suprimido en los dos últimos cursos escolares 50 unidades en colegios públicos de la provincia, según muestran los datos de un informe elaborado por el sindicato CCOO.
Las cifras evidencian, a juicio de la secretaria general del sindicato provincial de Enseñanza de CCOO, Marina Vega, que la Administración autonómica “no está sabiendo aprovechar la oportunidad” que supone la bajada demográfica para “mejorar la calidad en las aulas”.
En este sentido, Vega explica que en lugar de reducir la ratio en las clases, la Junta ha utilizado el argumento de la existencia de menos niños para suprimir grupos.
El descenso, detalló este martes Vega, ha afectado este curso a todos los niveles. Así se han perdido 13 unidades en Infantil, otras 13 en Primaria y dos en ESO impartida en centros de Infantil y Primaria. El recorte se ha compensado levemente con la creación de 6 unidades en Educación Especial.
La tendencia al recorte existe desde hace una década, denuncia el sindicato, y el cambio en el color político de la Administración autonómica no se ha dejado notar en ella. “Parece que han olvidado sus promesas”, dice Vega, refiriéndose al actual Gobierno andaluz.
Además, CCOO afea a la Consejería de Educación que haga medias irreales para decir que la ratio se sitúa en niveles inferiores al establecido en la provincia. En este sentido, la responsable del área de Pública Docente del sindicato en Huelva, Juana Soltero, explica que las unidades situadas en zonas rurales de la provincia hacen bajar la media aunque las de las zonas urbanas, periurbanas y la Costa estén a tope.
Así, CCOO señala que de los 489 centros públicos de la provincia un total de 44 “tienen una ratio que sobrepasa en dos o tres niños la establecida”.
Ante esta política de recorte de unidades, CCOO aboga por reducir la ratio en cinco alumnos por aula en todos los niveles hasta situarla en 20 en Infantil y Primaria, 25 en Secundaria y 30 en Bachillerato.
Dede el sindicato también apuestan por el desdoble de algunos grupos en asignaturas instrumentales y reducir la ratio en clases con apoyo educativo.
“Esta reducción de unidades se debería haber utilizado para corregir los defectos históricos del sistema educativo permitiendo una enseñanza más personalizada que garantizara el éxito escolar y así no estar en las estadísticas más bajas de la educación del país”, considera Soltero.
Se trata, añade Vega, de “dejar de mirar la educación con una visión puramente economicista” porque “la educación no se puede medir con parámetros de rentabilidad económica sino de rentabilidad social”.