Se acaba el 2019 y en las últimas horas de este año es momento para hacer balance y el Recreativo de Huelva no puede ser una excepción. El Decano ha vivido un año con luces y sombras en estos 12 meses y aunque estuvo a punto de regresar a Segunda División en junio tras una segunda vuelta espectacular en la que llegó a estar hasta 22 jornadas consecutivas sin perder y tras terminar como campeón de su grupo (y de la mano de José María Salmerón en el banquillo), luego a la hora de la verdad en las eliminatorias de ascenso ante Fuenlabrada y Mirandés no estuvo a la altura y precisamente cayó eliminado ante dos equipos que en la actualidad sí están en Segunda.
El Decano desaprovechó una gran oportunidad para volver a Segunda y ahora en un nuevo proyecto, con nuevo entrenador (Alberto Monteagudo) y prácticamente nueva plantilla, las cosas no están funcionando como se esperaba de este equipo y aunque la inversión y la apuesta del club ha sido decisiva y firme de nuevo para poder optar al ascenso, una nefasta racha de nueve jornadas consecutivas sin ganar (4 puntos de 27), a punto estuvieron de costarle el puesto al técnico manchego, ya que el Decano pasó de ser segundo a rozar la promoción de descenso, algo impensable para un plantel de tanto nivel.
Al menos en el mes de diciembre, con tres victorias (liga y Copa del Rey) y un empate, la situación se ha mejorado, pero el equipo sigue siendo muy irregular y se ha marchado al parón navideño noveno en la tabla y a diez puntos del objetivo de la promoción, una distancia no imposible de recuperar pero sí muy a tener en cuenta.
En el plano económico e institucional, al menos el club ha encontrado la estabilidad que le faltaba en los años anteriores y sigue al corriente de los pagos con Hacienda, Seguridad Social, proveedores y personal actual, aunque el club necesita ascender para poder mejorar también sus números.
Y en lo histórico, el Decano acaba de cumplir hace unos días 130 años, con grandes homenajes y vivencias para un club con tanta historia.
