Ha pasado ya una década desde que la Justicia obligara a Fertiberia a dejar de verter residuos en las balsas de fosfoyesos y a acometer la regeneración ambiental de la zona afectada. Fue en diciembre de 2010, tras varios años de litigio judicial, y una década después, la zona sigue aún a la espera de la anhelada restauración.
El último movimiento judicial de la Audiencia Nacional, que pilota este largo proceso judicial, ha sido dictar un auto en que da a Fertiberia un mes para formalizar el aval de 65,9 millones para garantizar la ejecución del proyecto de restauración.
El siguiente paso lo ha dado ahora la empresa, que ha emitido este martes un comunicado con dos ideas claras: por un lado, abre la puerta a recurrir ese auto, y por otro recuerda que aún no ha empezado a trabajar en la zona porque no puede, pues está pendiente de las distintas autorizaciones, lanzando la pelota al tejado de las Administraciones.
Sobre el auto, Fertiberia afirma que estudiará la posibilidad de recurrirlo pero insiste en que, de ser así, no afectará a su “compromiso de ejecutar el proyecto de restauración”.
De hecho, indica que lo “realmente sustantivo” en este momento es “el avance administrativo del propio proyecto y el inicio inminente del plan”, por lo que urge esas autorizaciones.
El proyecto sigue a la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente se pronuncie sobre la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), y después harían falta las autorizaciones de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Huelva, todo con el visto bueno de la Audiencia Nacional.
Por ello, Fertiberia rechaza las recientes acusaciones de Mesa de la Ría, que recientemente alertaba de que la empresa pretendería marcharse “sin acometer la restauración” de la zona de las balsas de fosfoyesos.
En esta línea, la empresa recuerda que el proyecto y el estudio de impacto ambiental presentado ante el Ministerio ha sido objeto de exposición pública, en marzo de 2018 la compañía entregó toda la documentación e informes contestando las alegaciones finales recibidas, y en enero de 2019 respondió a los últimos requerimientos de información complementarios. De modo que “desde este momento, la compañía permanece a la espera de que el Ministerio se pronuncie”.
El proyecto
En cuanto al proyecto de restauración, Fertiberia asegura que activará un desembolso de más de 65 millones de euros y tendrá un beneficio “directo e inmediato para la sociedad onubense”, al prever la creación de más de 100 empleos durante los diez años de ejecución del mismo.
Por ello, en el comunicado insiste en que su objetivo es “iniciar en el menor tiempo posible la ejecución del proyecto”, que supone “la restauración de un entorno de 720 hectáreas que serán objeto de una intensa revegetación para su plena integración en la marisma”.
La empresa ha recordado que para llevar a cabo la regeneración de la zona afectada por las balsas cuenta con proveedores de primer nivel internacional, como Ardaman & Associates (firma estadounidense que ha clausurado más de 60 balsas en todo el mundo) y las firmas españolas Eptisa e Inerco.
