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Miércoles 02/04/2025
 
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A(Em)prendiendo

Iniciativa

Jaén tradicionalmente ha sido más de esperar que de tomar la iniciativa, y eso nos ha dejado atrás en muchos ámbitos

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Tener iniciativa es una cualidad que supone ser proactivo, idear planes y ponerlos en práctica con determinación y creatividad. Alguien con iniciativa no espera a que le digan lo que tiene que hacer, sino que se atreve a dar el primer paso y comenzar, aunque no tenga toda la información necesaria. Tener iniciativa refleja autonomía y capacidad de resolver problemas. Es una actitud que influye en cómo nos enfrentamos a las situaciones, una competencia individual valiosa.

La iniciativa está ligada al libre albedrío y a tomar decisiones. Es una cualidad que se espera que tengan los directivos y, por supuesto, los líderes y las personas que emprenden. Decía Henry Fayol en 1916 que tener iniciativa para idear un plan y garantizar su éxito es una de las mayores satisfacciones que puede experimentar un hombre inteligente, y que un directivo capaz de permitir el ejercicio de la iniciativa por parte de sus subordinados es infinitamente superior a otro que no sabe hacerlo. Esa iniciativa de todos, trabajadores y directivos, es una gran fuente de dinamismo y competitividad en cualquier organización, aunque, como advierte Emilio Duró, hay que tener cuidado con los tontos con iniciativa que piensan que están descubriendo la pólvora.

En una sociedad cada vez más subsidiada y desesperanzada se va apagando la iniciativa individual. Nos dicen qué debemos pensar y, si no dependemos de nosotros mismos, nos acabarán imponiendo qué hacer. Nos puede pasar como a los pájaros, que de tanto estar en la jaula con la comida y las distracciones disponibles, nos olvidemos de volar. Hay que estimular la iniciativa, arriesgarse con ilusión, esfuerzo y determinación, aunque nos equivoquemos, porque lo que es seguro es que, como dijo Michael Jordan, se pierden el 100% de los tiros a canasta que no se intentan.

Jaén tradicionalmente ha sido más de esperar que de tomar la iniciativa, y eso nos ha dejado atrás en muchos ámbitos. De tanto confiar en que la riqueza venía del cielo en forma de lluvia para nuestro olivar, se ha generado la costumbre de esperar a que nos lluevan proyectos e infraestructuras, y se ve que los dioses que llevan esos temas no atienden nuestras oraciones. Es más un cálculo de votos que de velas lo que parece que los activa. Ahora, llevamos un tiempo con chaparrones de iniciativas que vienen de fuera a instalarse en Jaén, y que pueden irse más rápido de lo que llegan. Habrá que ver si nos sigue lloviendo o vuelve la sequía cuando convenga más regar otras tierras.

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