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Lunes 18/11/2024
 
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Jaén

¿Crimen perfecto o grave error de los forenses en la autopsia?

La acusacióncree que la causa de la muerte fue por asfixia tapándole la boca y la nariz cuando dormía, mientras que la defensa dice que murió como consecuencia de su adicción crónica al Propozol

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  • El acusado durante el juicio -

¿Error forense o crimen perfecto? El jurado popular, formado por cuatro mujeres y cinco hombres, más dos suplentes, se enfrenta desde hoy a este dilema, aunque no se conocerán hasta esta mañana cuáles son las preguntas que se recogen en el objeto del veredicto, preguntas a las que tendrán que responder con culpable o no culpable.


La clave del juicio se encuentra en los infiltrados hemorrágicos internos hallados en la cabeza, cara y cuello de la fallecida, cuando se realizó la autopsia y que los forenses jienenses dicen que se realizaron en vida, lo que avalan los resultados de las pruebas enviadas al Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla, y que concluyen que la muerte se produjo por una asfixia mecánica tapando boca y nariz con un objeto blando, cuando la víctima estaba dormida y bajo los efectos del Lorazepam, sin decir con qué, ni cómo.


La defensa lo niega, apoyada por dos informes de expertos de la Universidad de Málaga y de Santiago de Compostela, que achacan estas señales a los efectos ‘post mortem’ por estar muchas horas con medio cuerpo caído boca abajo desde la cama al suelo. Además, de las hemorragias originadas por los “artefactos de la autopsia” realizada “de forma no conforme a la validada”. Para la defensa, que ha insistido al jurado en que su cliente es inocente mientras no se demuestre lo contrario,  no se dan las características, ni la regla general de las muertes por asfixia. Apunta como una causa de la muerte las consecuencias de los efectos del consumo del Propofol que se inyectaba la fallecida y que incluso se recogen en el informe del levantamiento del cadáver hablando de varias punciones unas más recientes y otras menos.


El juicio, comenzó el lunes con la declaración del acusado y varios policías nacionales, siguió el martes con más de 30 testigos entre amigos de la pareja, compañeros de trabajo y los 17 peritos que se enzarzaron en una discusión apoyando sus tesis defendiendo sus capacidades profesionales.


Ayer se pudieron oír, entre los sollozos de algunos de los asistentes a la vista, las dos llamadas realizadas a emergencias por el acusado pidiendo una ambulancia y recibiendo instrucciones por parte de los servicios de emergencia.

Conclusiones finales
“Yo no he hecho nada de lo que se ha dicho, soy inocente”. Estas han sido las últimas palabras del acusado al finalizar el juicio justo después de que las partes expusieran sus conclusiones. El fiscal sólo modificó su escrito para añadir que la muerte se originó utilizando un objeto blando. Por lo demás mantuvo la petición de 18 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y agravante de parentesco. En la misma línea se mantiene la acusación particular ejercida por la Junta. Por su parte la defensa mantiene la inocencia del acusado, y que la muerte se produjo de forma accidental, por lo que pide la libre absolución.

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